Masacre de Katyn
La Masacre de Katyn es un homicidio alevoso realizado por la Unión Soviética en el que perdieron sus vidas 22 mil ciudadanos polacos, hechos prisioneros de guerra o arrestados tras la invasión del Ejército Rojo en Polonia el 17 de septiembre de 1939. A base de una orden secreta del Buró Político del Comité Central de Partido Comunista de los Bolcheviques de la Unión de 5 de marzo de 1940 se había matado, por medio de disparos en la nuca, cerca de 15 mil de los prisioneros de guerra anteriormente internados en los campos especiales de NKVD en Kozielsk, Ostashkov y Starobielsk y 7 mil presos en las cárceles en las comarcas del oeste de Bielorrusia y Ucrania, es decir anteriores terrenos orientales de Polonia, anexionados en 1939 a la Unión Soviética.
Para los polacos Katyn es un símbolo de la política criminosa del sistema soviético dirigida contra la nación polaca. En las relaciones polaco-soviéticas de los años 1917-1991 Katyn constituye un apogeo. La „Masacre de Katyn" es una noción generalizada que se refiere a uno de los lugares utilizados para exterminar a los miembros de la élite dirigente de la sociedad polaca durante la Segunda Guerra Mundial, descubierto antes de los otros: un bosque de Katyn a poca distancia de Smolensk
La Masacre de Katyn es un homicidio alevoso realizado por la Unión Soviética en el que perdieron sus vidas 22 mil ciudadanos polacos, hechos prisioneros de guerra o arrestados tras la invasión del Ejército Rojo en Polonia el 17 de septiembre de 1939. A base de una orden secreta del Buró Político del Comité Central de Partido Comunista de los Bolcheviques de la Unión de 5 de marzo de 1940 se había matado, por medio de disparos en la nuca, cerca de 15 mil de los prisioneros de guerra anteriormente internados en los campos especiales de NKVD en Kozielsk, Ostashkov y Starobielsk y 7 mil presos en las cárceles en las comarcas del oeste de Bielorrusia y Ucrania, es decir anteriores terrenos orientales de Polonia, anexionados en 1939 a la Unión Soviética.
Las víctimas eran sobre todo ciudadanos importantes del estado polaco: oficiales de Fuerzas Armadas Polacas y de policía, funcionarios de administracion pública y representantes de la élite intelectual y cultural de Polonia. Murieron enterrados en tumbas masivas anónimas en por lo menos cinco lugares dentro del territorio de la Unin Soviética. Los prisioneros de tres campos especiales de NKVD fueron transportados por ferrocarril en los meses de abril y mayo de 1940 a los lugares de ejecución: Katyn (campo de Kozielsk), Kalinin (campo de Ostashkov) y Kharkov (campo de Starobielsk). Los asesinados en Kalinin (actualmente Tver) fueron soterrados en Miednoje. Otros, retenidos en los cárceles, fueron ultimados e inhumados en unos lugares ignorados hasta ahora: tan sólo se conoce dos sitios de las anteriores repúblicas soviéticas: Bielorrusa y Ucraniana (Kurapaty cerca de Minsk y Bykivnia cerca de Kiev).
Tras estallido de la guerra nazi-soviética y el establecimiento de las relaciones oficiales entre el gobierno polaco en exilio y el gobierno de la Unión Soviética en verano de 1941, las autoridades de la URSS no habían suministrado a los polacos - a pesar de sus numerosas peticiones - ninguna información relativa a los „desaparecidos". La URSS rompió la alianza en abril 1943 cuando el ejército nazi había descubierto las tumbas masivas en el bosque de Katyn y empleó el descubrimiento para ataques propagandísticos contra la URSS. Las autoridades soviéticas respondieron con la táctica de inculpar a los alemanes con el homicidio de los polacos después de la invasión nazi en aquellos terrenos en 1941. Stalin, con el pretexto de „calumnias contra la URSS" rompió las relaciones con el gobierno polaco en exilio (establecido en Londres).
Durante todo el régimen de la URSS el „asunto de Katyn" fue uno de los secretos guardados con mayor cuidado por el Kremlin. Cuando al final de la Segunda Guerra Mundial, durante los Juicios de Núremberg la Unión Soviética no consiguió inculpar con el crimen a los alemanes (pero al mismo tiempo consiguió evitar el juicio contra las culpas de la URSS), las autoridades soviéticas adoptaron, en contradicción con los hechos, la postura de „negacionismo de Katyn": la URSS no tiene nada que ver con el genocidio de los oficiales polacos, toda la responsabilidad la tiene el régimen fascista alemán.
La Masacre de Katyn no había sido un acontecimiento único o excepcional. Fue una consecuencia de diferencias entre los regímenes políticos, la intención soviética de crear un estado gobernado por el ploretariado mundial y la hostilidad creciente entre la Rusia soviética y las autoridades polacas de anteguerra. Cuando debido a la victoria polaca en la guerra entre Polonia y Rusia bolchevica en 1920, la Unión Soviética tuvo que abandonar su idea de exportar la revolución al Oeste para muchos años y el mismo Stalin fue sometido a crítica por sus errores significantes cometidos en el frente polaco, las autoridades soviéticas consideraron su veciono occidental el enemigo principal. Durante la Gran Purga en los años 1937-1938, realizada con el fin de pacificar la rebelión antibolchevica latente en todo el territorio de Rusia, los soviéticos destruyeron con un encarnizamiento especial a los círculos polacos en su país. En aquel entonces habían sido matados con un balazo en la nuca más de 70 mil polacos (ciudadanos de la Unión Soviética). El diez por ciento de las víctimas de la Gran Purga tenían relaciones con Polonia. Fue en aquel entonces cuando la URSS elaboró la tecnología de exterminaciones masivas.
Cuando en septiembre 1939 Stalin, tras establecer la alianza con Hitler, atacó a Polonia invadida por los nazis, uno de sus propósitos fue destruir el estado polaco. Desde los primeros momentos de la agresión, los soviéticos aislaban consecuentemente (o asesinaban de una vez) a las personas consideradas representantes del grupo directivo del estado que se pretendía destruir, especialmente el cuerpo de oficiales de las fuerzas armadas. Se puede asumir que las autoridades soviéticas habían planeado de antemano la eliminación sistémica de los élites, de la misma manera que lo habían hecho los nazis en su parte del territorio ocupado en Polonia. En el caso de aquellos arrestados o prisioneros, las autoridades soviéticas nunca han aplicado o respetado las reglas del derecho internacional y por esto luego se obstinaron a divulgar su versión mentirosa.
Habiendo roto las relaciones con Polonia en 1943 y ocupado sus terrenos en los años 1944-1945, la Unión Soviética siguió controlando hasta los años 80 el país subordinado, administrado por gobiernos títere supeditados al imperio comunista. En aquel período las demandas de la verdad sobre Katyn fueron tratadas como un acto de hostilidad no sólo contra la URSS sino también contra la República Popular de Polonia. La Polonia de posquerra fue involucrada en el „negacionismo de Katyn"
Tras los cambios sistémicos en todo el bloque soviético (en los años 1989-1991), la necesidad de esclarecer la verdad sobre „Katyn" apareció también por parte de los rusos. Muchos rusos ayudaron en investigar la verdad sobre la masacre. En los años 1990-1992 se había revelado los documentos principales sobre Katyn, incluyendo la orden del Buró Político del del Comité Central de Partido Comunista de los Bolcheviques de 5 de marzo de 1940 firmado, entre otros, por Stalin. En agosto de 1993 el grupo de historiadores rusos preparó en Moscú un informe pericial exhaustivo que presentó honestamente el transcurso de la masacre y la historia de su negacionismo posterior.
Nunca se ha logrado juzgar a los culpables de esta crimen, aunque son conocidos los que tomaron la decisión para realizarlo y también más de cien ejecutores (se había divulgado la lista de los premiados por la acción llamada „descarga de los campos"). Sin embargo, la investigación llevada a cabo en Rusia fue suspendida y las autoridades rusas se niegan a comentar sobre el asunto. Nadie ha sido y ya no será condenado en relación con el homicidio.
La masacre fue conmemorada con tres cementerios edificados por los polacos: en Katyn, Miednoje y Kharkov, dónde cada uno de casi 15 mil prisioneros polacos está mencionado por su nombre. Esta huella material constituye una excepción entre muchos lugares de entierro anónimo masivo que han dejado las atrocidades del régimen soviético.
Zbigniew Gluza
Literatura extranjera:
Vladimir Abarinov, Katynskij labirint, Novosti, Moscú, 1991. ISBN: 5-7020-0374-8
Vladimir Abarinov, The murderers of Katyn, Hippocrene Books Inc, Nueva York, 1993. ISBN: 9-7818-0032-3
Ray Cowdery, Katyn: A Documentary Account of the Evidence, Victory WW2 Publishing Ltd., 1995. ISBN: 0910667438
Franz Kadell, Die Katyn-Lüge. Geschichte einer Manipulation. Fakten, Dokumente und Zeugen, Munich: Herbig, 1991. ISBN: 3776616768
Gerd Kaiser, Katyn: das Staatsverbrechen, das Staatsgeheimnis („Katyń - zbrodnia i tajemnica państwowa"), Berlín: Aufbau Taschenbuch, 2002. ISBN: 3746680786
Natalya S. Lebedeva, Katyn. Prestuplenie protiv chelovechstva, Moscú, Kultura 1994.
Wojciech Materski, Anna M. Cienciala, Natalia S. Lebedeva, Katyn: A Crime Without Punishment (Annals of Communism Series), Yale University Press, 2008. ISBN: 978-0300108514.
Allen Paul, Katyn: Stalin's Massacre and the Seeds of Polish Resurrection, US Naval Institute Press, 1996. ISBN-10: 1557506701 ISBN-13: 978-1557506702
Rudolf.G.Pikhoia, Natalya S. Lebedeva, Aleksander Gieysztor, Wojciech Materski et al. (ed.), Katyn. Plenniki nieob'iavlennoi voiny, Moscú, 1997. ISBN: 5 89511 002 9
George Sanford, Katyn and the Soviet Massacre of 1940. Truth, Justice and Memory, Basees/Routledge Series on Russian and East European Studies, Routledge, 2005. ISBN 13: 978-0-415-33873-8