Segunda Guerra Mundial
Alemania no tenía fronteras con la Unión Soviética. Su provincia más cercana al territorio soviético era Prusia Oriental la cual, no obstante, se hallaba artificialmente incomunicada y aislada del resto de Alemania por el famoso corredor polaco: una franja de terreno con salida al mar Báltico anexada a Polonia mediante el Tratado de Versalles. Este territorio, con sus cuatro millones y medio de alemanes, estaba formado por las muy germánicas comarcas de Posen y West-Preussen y la Ciudad Libre de Danzig que había sido fundada, desarrollada y habitada por Alemania desde hacía siglos.
En largas negociaciones llevadas a cabo por Alemania con Polonia, Hitler le había propuesto que se le permitiera construir un complejo ferrovial extraterritorial a través del "Corredor" y que Danzig, se reincorporara al Reich. A cambio de esto, Alemania garantizaría a Polonia el uso libre y preferencial del puerto de Danzig, aceptaría las fronteras existentes y formalizaría un pacto de no-agresión por 25 años.
Polonia pareció querer aceptar estos términos en diversas oportunidades, pero la presión externa, particularmente del gobierno británico la azuzaban para que no aceptase absolutamente ninguna propuesta alemana y que -todo lo contrario- tomara medidas brutales contra la población alemana bajo su control. Casi tres millones de personas. Llegóse así a la firma de un pacto de asistencia mutua militar entre Gran Bretaña y Polonia a principios de 1939 que fue rapidamente seguido por otro tratado semejante entre Francia y Polonia. El cerco alrededor de Alemania estaba tendido.
Las negociaciones germano-polacas se ven totalmente frustradas a fines de agosto de 1939 elevándose la tensión política al máximo al conocerse las nuevas matanzas de alemanes, bajo control polaco, entre la que se destaca la masacre de Bromberg verificada luego por la Cruz Roja Internacional.
Tendido el cerco a su alrededor, Alemania firma como medida de emergencia un pacto con la Unión Soviética (que los más altos dirigentes alemanes consideraban como provisorio), para poder así recuperar por las armas sus derechos sobre sus antiguas provincias en el Este ya que Polonia instigada por Inglaterra y Francia, no se avenía a negociar pacificamente.
Así llegamos a la madrugada del 1 de septiembre de 1939, cuando las Fuerzas Armadas alemanas recuperan Posen, Prusia Occidental y Danzig, continuando sus operaciones militares invadiendo Polonia y tomando su capital, Varsovia. Ante este hecho, Inglaterra envía un ultimátum a Alemania que exigía que Alemania retirara sus tropas a sus posiciones previas al primero de setiembre, cosa que era inadmisible para Alemania y que -lógicamente- no aceptó. Inglaterra arrastró a una renuente e insegura Francia para que enviara un ultimátum idéntico. Al rechazar Alemania ambos ultimátums, Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939, en virtud de los pactos de asistencia mutua que ambos habían suscrito con Polonia. Así se empezaba una guerra -que terminaría siendo mundial- para "defender a Polonia".
Pero la pobre Polonia -que parece se había creído todo lo que les decian los ingleses- no recibió ayuda alguna de sus "aliados". Ni en forma directa: apoyo militar franco-británico en Polonia; ni indirectamente: un ataque franco-británico contra Alemania por Occidente. No. Polonia quedó total. La batalla duró apenas 16 días. Ante la inminente caída de Varsovia, su gobierno se exilió en Londres desde donde esperaba continuar la lucha con el apoyo de sus "aliados" para la final reconquista de su Patria....o por lo menos eso era lo que creían.
Resulta extraño comprobar como, por ejemplo, cuando la Unión Soviética -en virtud del pacto con Alemania- invadió la mitad oriental de Polonia el 17 de setiembre de 1939, ninguna de las "democracias" se dio por enterada. Como tampoco se parecen haber enterado de las invasiones de la Unión Soviética a Estonia y Letonia en junio de 1940, Lituania en agosto del mismo año y de la brava Finlandia en noviembre de 1939. Por alguna razón oculta las "democracias" occidentales no consideraban al régimen soviético como un peligro. A pesar de haber masacrado a millones de personas en Rusia y sus invasiones a naciones soberanas. Y cuya ideología internacionalista oficial proclamaba la intención de crear un estado mundial comunista a través de un proceso revolucionario violento.
Sí, en cambio, consideraban como un peligro mundial a la territorialmente diminuta Alemania cuyo propósito oficialmente proclamado era el de recuperar los territorios europeos que le fueron arrebatados por el vergonzoso Tratado de Versailles; combatir al bolchevismo; formalizar una alianza con Inglaterra; olvidar las querellas territoriales con Francia por Alsacia y Lorena y renunciar a recuperar sus colonias de ultramar que también fueron arrebatadas por el Tratado de Versailles.
En abril de 1940, las fuerzas alemanas entran en Dinamarca y Noruega. Francia se rindió el 22 de junio de 1940. Esta serie de victorias convenció a su principal aliado, Benito Mussolini de Italia, para unirse a la guerra al lado de Hitler.
Gran Bretaña, cuyas fuerzas habían sido derrotadas en Francia fueron evacuadas de la ciudad costera de Dunkerque. Hitler dio órdenes expresas de no atacar a los británicos y permitirles la huída. Este hecho es vergonzosa y convenientemente ocultado por la "historia oficial". Después de sus gestiones en pro de la paz llevadas a cabo por Hitler y sistemáticamente rechazadas por el Gobierno británico, ahora conducido por Winston Churchill, Hitler ordenó el ataque a las Islas Británicas, dando lugar a la Batalla de Gran Bretaña.
El 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la Unión Soviética, rompiendo el pacto de no agresión. Esta invasión fue conocida como la Operación Barbarroja. Los alemanes llegaron a Moscú en diciembre de 1941 pero el terrible invierno ruso y el gran desgaste alemán en varios frentes ocasionaron la no entrada de los alemanes a Moscú A todo esto Estados Unidos, presionado por el judaísmo internacional, también entró en guerra contra Alemania. Y la ayuda italiana no fue suficiente para cambiar el rumbo de la guerra.