domingo, 31 de enero de 2021

Hitler fue recibido en Colombia por un círculo intelectual nazi

 “Hitler fue recibido en Colombia por un círculo intelectual nazi”

Según el escritor Abel Basti, Hitler llegó a Colombia en 1954 protegido por el general Gustavo Rojas Pinilla y por el Gobierno de Estados Unidos.






BOGOTÁ, Colombia

Por: Santiago Serna Duque


A través de numerosas entrevistas, archivos desclasificados de la CIA y documentos periodísticos, el escritor y periodista argentino Abel Basti (5 de julio de 1956) publicó su cuarto libro sobre los años en los que, según él, el máximo líder del nazismo, Adolf Hitler, vivió en Suramérica. 


En el marco de la Feria del Libro de Bogotá (FILBo), Basti hizo el lanzamiento de Hitler en Colombia, un libro que, por medio de minuciosas investigaciones, reproduce el trasegar del Führer por ese país suramericano.


La Agencia Anadolu dialogó con Basti sobre los recorridos de Hitler en los municipios de Tunja y Paipa, la relación del líder del Tercer Reich con un exsoldado de la SS (cuerpo de protección de Hitler) que vivía en Colombia y sobre las filiaciones que algunos expresidentes tenían con el nacionalsocialismo. 


¿Por qué dedicó buena parte de su vida a investigar la supuesta estadía de Adolf Hitler en Sudamérica?


Bueno, yo era periodista en San Carlos de Bariloche (Argentina) y no me interesaba el tema de los nazis ni de la Segunda Guerra Mundial. Pero hubo un pedido de extradición contra un ciudadano prominente de la ciudad en la que trabajaba que, se supo después, era capitán de la Gestapo (Policía secreta nazi). 


Esta persona estuvo detenida en Bariloche mientras aprobaron su extradición a Italia. Durante ese tiempo yo tuve que escribir todos los días sobre los nazis para diferentes agencias de noticias y diarios argentinos. 


En ese lapso de tiempo, la única noticia que valía la pena en materia internacional de Argentina era el caso de este nazi, lo que significó mucho volumen de producción, y para redactar todo eso tenía que investigar bastante. 


A partir de esas indagaciones acumulé información sobre la situación de los miembros nazis en Sudamérica que llevo trabajando durante 20 años. 


¿Durante este tiempo reafirmó la teoría de que Hitler no se suicidó en un búnker de Berlín (Alemania) con su amante Eva Braun?


Sí, lo que pasa es que ese es un tema de legalidad y de pruebas. Si uno revisa los diarios de esa época, en 1945, la información pública era que Hitler había escapado.


Cuando llegan los rusos al búnker de Berlín comunican que el Führer huyó del lugar. A su vez, Stalin hizo un pedido para que Hitler fuera enjuiciado en Núremberg aun habiendo escapado. También hubo un reclamo por parte de los Aliados a España por darle cobijo temporal al máximo líder nazi.


Ya terminada la Segunda Guerra, la Alemania de la posguerra no declaró muerto a Hitler sino hasta 1955, lo que indicaba que el estatus entre el 45 y el 55 del Führer era de una persona viva, sin condena ni orden de captura. En fin, una cantidad de información publicada en los diarios que certifica el escape de Hitler y de Braun.


Cabe decir que Stalin, antes de morir, siempre sostuvo la tesis de que Hitler huyó.


¿Y qué pasó con el cráneo que sirvió como prueba para determinar que Hitler se disparó en la cabeza?


Esa prueba tangible de la que usted habla, que tenían los rusos en los archivos federales de Moscú, se comprobó hace unos años -a través de un análisis de ADN- que correspondía a un cráneo femenino. 


Tras el escape, usted afirma que Hitler vivió en Argentina por varios años, amparado por el presidente Juan Domingo Perón. ¿Qué pruebas tiene para hacer esa afirmación?


Unos documentos del FBI dicen que Hitler vivía en un rancho en los Andes de la Patagonia argentina. Pero no fue exactamente Perón quien planeó dar refugio a Hitler en mi país. 


Todo ocurrió gracias a un pacto militar entre Estados Unidos y los nazis acordado poco antes de que terminara la guerra en el 45. El tratado pretendía evacuar hacia occidente: el capital, miles de hombres, los desarrollos industriales y las divisas de Alemania para que todo esto no cayera en manos de los rusos, quienes estaban avanzando sobre media Europa y habían entrado en Alemania. 


En ese sentido, Hitler tenía un plan B de evacuación con los destinos y los modos de transporte que negoció con los Aliados. El plan se concretó y tanto Hitler como otros líderes del Tercer Reich llegaron a la Argentina y a otras naciones de Suramérica. 


Y Colombia no fue la excepción…


Sabemos que Hitler llega a Colombia en 1954 (o quizás a finales del 53) a través de Perú y estuvo en el país cerca de un año, según documentos de inteligencia de la CIA.


En Tunja fue recibido por el corazón intelectual del círculo nazi, constituido por académicos, militares y dirigentes conservadores. Allí se reunió con su principal amigo, el doctor Julius Sieber, exrector de la Universidad Pedagógica, nombrado por el general Gustavo Rojas Pinilla, y asistió a la fundación de una empresa metalúrgica. 


Es importante decir que la llegada de Hitler a Colombia ocurrió en un contexto político especial. Todos los gobiernos militares de la época avalaban la llegada de muchísimas empresas alemanas con capitales nazis para protegerlas de la “amenaza comunista”. 


Además, arribó en el marco de una serie de acuerdos geoestratégicos en los que las naciones suramericanas suplieron la necesidad de acero que tenían las naciones de la OTAN a inicios de la Guerra Fría. 


¿Hitler se reunió en Tunja con un exintegrante de la SS, llamado Philip Citroen, para velar por los intereses comerciales de la Alemania nazi en Suramérica? 


Uno podría presuponer que, en el marco de lo que estamos hablando, había muchos temas para coordinar y Hitler se habría reunido con Citroen para hablar de negocios. Pero no se lo puedo asegurar. 


¿Es verdad que el expresidente de Colombia Laureano Gómez realizaba tributos en honor a Hitler en Paipa?


Hay dos testimonios cruzados, publicados en el periódico El Espectador, que coinciden -aunque el periodista es escéptico- con un homenaje hecho por el expresidente conservador a Hitler en Paipa, sin su presencia. 


A esto se le puede sumar el testimonio del escritor Edwin Cristian Umaña, quien aseguró que su abuelo contaba que Gómez, junto con un pequeño grupo de personas, hicieron dicho tributo al Führer. 


El abuelo de Umaña también afirmó que el líder nazi se habría bañado en los termales locales de Paipa por razones de salud. Todo esto coincide geográficamente con la descripción del informe de la CIA. 


¿Por qué las fuerzas aliadas o la Mossad israelí no capturaron a Hitler como sí ocurrió con Adolf Eichmann?


Porque gozaba de protección absoluta. Había unos acuerdos entre alemanes y norteamericanos en los que Hitler gozaba de protección, como la mayoría de líderes nazis. 


La captura de personajes como Eichmann fue una excepción, y se llevó a cabo para darle a la comunidad internacional alguna imagen de que se perseguía a los nazis. Pero esto en la práctica no fue así porque los principales receptores de miembros del Tercer Reich fueron los estadounidenses. 


Y no estamos hablando solamente de los científicos, que es la imagen que se ha dado a conocer para proteger al Gobierno de Estados Unidos. 


EEUU incorporó en sus filas a expertos en guerras bacteriológicas, en guerra misilística y química, entre otras especialidades y, sobre todo, a expertos militares que a lo mejor eran buscados como criminales pero que trabajaban para los servicios secretos o el Ejército de Estados Unidos. 


Esto que le digo se sabe por la desclasificación de archivos secretos de la CIA. De hecho, hace algunos años hubo una resolución para que se retirara la pensión a los exnazis que estaban viviendo en Estados Unidos. 


El FBI aseguró que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial había espías de la Alemania nazi en Colombia. ¿Cuál era su trabajo? 


Bueno, está claro que se realizaron en Colombia trabajos de espionaje que también eran comunes en toda la región. A través de las redes de espías se llevaron a cabo acciones de propaganda y la coordinación de infiltraciones en círculos políticos, empresariales y militares, con el objetivo de proporcionar datos a Berlín sobre lo que pasaba en aquellos tiempos en Colombia. La idea era coordinar todas las acciones internacionales a favor de las potencias del Eje (Italia, Japón y Alemania). 


Era una red similar a la que tenían los norteamericanos en la guerra de contraespionaje en Suramérica. 


¿Por medio de esas infiltraciones Hitler pretendía provocar golpes de estado en países suramericanos?


Yo revelo en este y otros libros que él tenía un interés en que los gobiernos suramericanos fueran afines al nacionalsocialismo, que parecía iba a ganar la Segunda Guerra. Esto podría implicar que ciertos movimientos políticos accedieran de una forma u otra al poder, ósea, de manera democrática o por la vía de un golpe militar.


En dicha estrategia fue muy importante la figura de Juan Domingo Perón, quien en esa época propició, por ejemplo, el 'Golpe de Pasto' en Colombia, que pretendía derrocar a Alfonso López Pumarejo (presidente entre 1942 y 1945) y que terminó siendo frustrado.


El papel de Perón en cuestiones de desestabilización en diferentes gobiernos suramericanos fue bastante importante. 


Para terminar, ¿Colombia fue uno de los países favoritos para los miembros del Tercer Reich que vivieron en el exilio?


Sí, sí, Colombia fue muy importante para muchos nazis exiliados porque además pudieron llegar al país de forma disimulada y pasaron desapercibidos. Esta nación no parecía estar en los planes de muchos nazis, pero en el marco del fin de la guerra hubo un desembarco no solo de exmilitares nazis sino de una llegada de generosos capitales económicos alemanes relacionados con laboratorios farmacéuticos, químicos y compañías de telefonía. Un sinfín de empresas que fueron contratistas del Estado durante el gobierno de Rojas Pinilla.


En ese sentido, también llegaron pilotos alemanes que trabajaron en compañías como Avianca. Hubo una recepción masiva de capitales de los que los nazis en el exilio se aprovecharon para poder trabajar. Lo diferente es que esto era totalmente desconocido hasta el día de hoy y es algo muy importante en el contenido de mi libro. 

viernes, 21 de febrero de 2020

Heinz Thorvald - Erwin König

Heinz Thorvald - Erwin König

Heinz Thorvald - Erwin König es el nombre de un supuesto oficial alemán con graduación de mayor y director de la escuela de francotiradores de las SS en Zossen. 



El SS-Standarteführer Heinz Thorvald se dice que fue asignado por el propio SS-Reichsführer Heinrich Himmler para matar al francotirador soviético Vasili Záitsev que había causado más de ciento cincuenta bajas entre las filas alemanas, parte de ellas de oficiales de alto rango. Se dice que el comandante Thorvald adoptó el seudónimo de Erwin König con objeto de evitar ser utilizado por la propaganda soviética si caía en combate. Según la propaganda soviética el supuesto «mayor König» cayó en acto de combate contra Zaitsev en Stalingrado en el año 1942.

Se dice que Heinz Thorvald fue uno de los mejores francotiradores de la Segunda Guerra Mundial, con 456 bajas confirmadas. Otro de los conocidos es el también alemán Matthäus Hetzenauer, con 375 bajas confirmadas.

Mito o realidad



Zaitsev sostuvo que el duelo tuvo lugar durante un período de tres días en las ruinas de Stalingrado.​ Lo cierto es que la existencia de Heinz Thorvald jamás ha sido probada. Otros francotiradores soviéticos con más del doble de bajas confirmadas como Iván Sidorenko o Fiódor Ojlópkov no corrieron la misma suerte, en el caso de Sidorenko por haber nacido en una familia burguesa y en el de Ojlópkov por tener orígenes yakutos, una etnia minoritaria de la Unión Soviética.

Cultura actual



La historia de Heinz Thorvald se puede ver reflejada en la película Enemy at the Gates, cuyo personaje es protagonizado por Ed Harris.

jueves, 30 de enero de 2020

El piloto de combate de la batalla de Gran Bretaña, Paul Farnes, muere a los 101 años

El piloto de combate de la batalla de Gran Bretaña, Paul Farnes, muere a los 101 años

El último  as de la Segunda Guerra Mundial que sobrevivió a la Batalla de Gran Bretaña murió a los 101 años.




El Comodro Paul Farnes estaba entre los 3.000 aviadores, "Los pocos", que defendieron los cielos de Gran Bretaña en 1940.

Murió en su casa en Hampshire el martes por la mañana, informó el Memorial Trust.

Rindiendo homenaje, lo describió como un "hombre distinguido, que fue generoso con su tiempo en apoyo de la confianza".

Sus victorias de batalla convirtieron en comandante de ala a Farnes que a su vez logró ser un as, un término que se entiende que significa cualquier piloto de caza acreditado con derribar cinco o más aviones enemigos.

Su cuenta fue de seis aviones enemigos destruidos, uno probablemente destruido y seis dañados, como el mismo lo decía.

Ahora se cree que solo hay dos miembros sobrevivientes de "Los Pocos" : el teniente de vuelo William Clark y el oficial de vuelo John Hemingway, ambos de 100 años.

La confianza agregó que el jefe de ala  Comodoro Farnes fue el último miembro de "Los Pocos" lo suficientemente en forma como para poder asistir al día conmemorativo del conflicto aéreo en 2019.

Dijo que había representado "orgullosamente" a sus colegas de la RAF al servicio de la conmemoración solo una semana antes de su 101 cumpleaños, en julio

El fideicomiso dijo que el Comodoro Farnes estaba "muy orgulloso" de su Distinguished Flying Medal (DFM), que recibió por sus hazañas en la Batalla de Gran Bretaña.

En 2015, el entonces retirado Líder / comandante de escuadrilla describió el momento "conmovedor" que él y sus camaradas fueron aplaudidos espontáneamente durante un servicio en la Abadía de Westminster para conmemorar el 75 aniversario de la Batalla de Gran Bretaña.

Farnes, que voló un Hawker Hurricane durante la guerra, dijo: "Fue muy emotivo hoy porque, cuando salimos de la abadía, el público aplaudió y nunca antes había sucedido en el servicio anual y me conmovió mucho".




"Es sorprendente que la Batalla de Gran Bretaña haya tenido éxito con el público y estoy muy orgulloso de haber sido parte de ella".

Farnes se unió a la Reserva de Voluntarios de la Royal Air Force en 1938, luego se unió al Escuadrón No 501 de la RAF y luchó en la Batalla de Francia en 1940.

Después de la Batalla de Gran Bretaña, fue comisionado como oficial y sirvió como instructor y luchó en Malta con el Escuadrón No 229, además de servir en el norte de África e Irak.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, estaba al mando de dos escuadrones en el Reino Unido.

Permaneció en la RAF hasta 1958 cuando, después de haber sido nombrado Comodoro, se retiró, conservando el rango de Comandante de ala de combate.

martes, 24 de diciembre de 2019

Kurt Reuber y La Madonna de Stalingrado



Kurt Reuber (26 de mayo de 1906 - 20 de enero de 1944) fue un médico alemán, clérigo luterano y artista, famoso por su obra "La Madonna de Stalingrado"



La Madonna de Stalingrado



El 24 de diciembre de 1942, durante el sitio de la Batalla de Stalingrado, el Dr. Kurt Reuber dio a sus compañeros una inspiración para dibujar con trozos de carbón, el cuadro de una madre que protege a un niño con su manto. El dibujo fue hecho en el reverso de un gran mapa de Rusia. El diseño logró salvarse (junto con otras 150 fotografías e imágenes) en el último vuelo que salió de Stalingrado, en un Junkers Ju 52 gracias al Dr. Wilhelm Grosse (comandante de la 16ª División Panzer) y se hizo famoso. 
Kurt Reuber fue hecho prisionero en febrero de 1943 cuando el 6º Ejército se rindió, y fue trasladado al campo de prisioneros de Yelábuga a unos 1.000 km al nordeste de Stalingrado, donde murió el 20 de enero de 1944.

Descripción



El cuadro muestra a una mujer sedente que mantiene un niño bajo su abrigo (La Virgen María y El Niño Jesús) contemplándolo con amor, dándole cobijo y protección entre sus brazos, apretándolo contra su pecho. La obra lleva una anotación que dice: "1942 Weihnachten im Kessel – Festung Stalingrad – Licht, Leben, Liebe“ («1942 Navidad en el cerco – Fortaleza Stalingrado – Luz, Vida, Amor»).

Historial



La obra la realizó durante la navidad de 1942 el pastor evangélico, médico y artista Kurt Reuber. Era médico de la 16.ª División-Panzer​ y se encontraba en un refugio alemán cercado por las fuerzas rusas mientras se libraba la batalla de Stalingrado. Sólo dos días antes de que las fuerzas rusas cerrasen el cerco había vuelto tras haber estado de permiso en Alemania.​ Tenía 36 años, era un destacado teólogo y amigo de Albert Schweitzer.
​La imagen la dibujó con un trozo de madera quemada convertida en carbón vegetal sobre el dorso de un mapa ruso de un tamaño de 105 x 80 centímetros. Las palabras «Luz, Vida, Amor» son del evangelista san Juan.

La obra la clavó en una pared del refugio, la noticia llegó a los refugios cercanos y muchos soldados se atrevieron a abandonar el suyo y arriesgarse para llegar al de Reuber para contemplar la imagen. Cuando la veían quedaban sobrecogidos y muchos lloraban, convirtiéndose el refugio de Reuber en un santuario.

Días después, durante los primeros días de 1943, el autor de la obra escribió una carta a su mujer y que acompañaba al dibujo en la que decía: «Contempla en el niño al niño primerizo de una nueva humanidad, que nacido con dolor, relumbra sobre toda oscuridad y tristeza. Que sea para nosotros el símbolo de una vida triunfante y de feliz futuro que tras tanta experiencia con la muerte, amaremos aún con más ardor y autenticidad, una vida que sólo merece ser vivida si es pura como los rayos de la luz y cálida como el amor».

Un oficial gravemente herido, evacuado con uno de los últimos aviones que logró salir del cerco, llevaba consigo la obra y la carta, llegando ambas a la familia del autor, que residía en la parroquia de Wichmannshausen.

A petición de Karl Carstens, presidente de la República Federal Alemana, la familia entregó la obra el 26 de agosto de 1983 a la iglesia Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche de Berlín. Allí está expuesta, pidiendo una oración, recordando a los fallecidos en la guerra y exhortando a la reconciliación y conservación de la paz en el mundo.

Segunda versión



Durante la navidad de 1943, por lo tanto un año después de haber realizado esta obra, Reuber hizo otra muy parecida en el campo de prisioneros de Jelabuga, situado a unos 1.000 kilómetros al noreste de Stalingrado, para el periódico de los prisioneros. El tema era nuevamente el de Madre e Hijo (La Virgen María y El Niño Jesús), siendo conocido este cuadro como Gefangenen-Madonna («La madonna de los prisioneros»). También este ejemplar pudo ser entregado a la mujer de Reuber junto con la noticia de que el autor había fallecido el 20 de enero de 1944 en el campo de prisioneros tras una penosa enfermedad.

Reproducciones
En numerosas iglesias de Alemania, Austria y algún otro país se encuentran reproducciones de esta obra realizadas con técnicas variadas.

En Alemania
Berlín. Iglesia Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche: en ella se encuentra la obra original.
Bochum Iglesia Heimkehrerdankeskirche-Krypta: una copia realizada como tapiz.
Diestedde: es una escultura en la plazuela de la capilla del cementerio
Dornburg. Casa de la Juventud (Jugendhaus): es una copia.
Fulda. Convento Neuenberg: es una escultura tallada en relieve.
Hermeskeil: es una escultura de piedra arenisca en la pradera junto a la iglesia parroquial St. Martin, siendo obra del sacerdote Mohr que formó parte del ejército alemán en Stalingrado.
Kassel. Iglesia Auferstehungskirche en la que fue bautizado, confirmado y se casó el autor: aquí se encuentra la obra realizada en el campo de prisioneros.
Bad Kohlgrub. Ermita Kriegergedächtniskapelle situada en el parque del balneario: es una reproducción realizada por Hans Seitfudem en 1992.
Königswinter. Monumento Gedenkhalle auf der Kriegsgräberstätte: es una copia.
Meersburg. En la pequeña y enrejada ermita Zum Frieden junto al camino Am Rosenhag poco antes de llegar a la calle Töbelestraße: es una copia realizada como gobelino por la artista rusa Elena Kikopule.
Niedergailbach. Ermita Marienkapelle: es una escultura tallada.
Oberroth. Ermita Waldkapelle: es una copia.
Rottweil. Ermita en el bosque Bollerhofwald: es un relieve realizado por Maria Klaiber-Kasper.
Wellendorf. Iglesia St. Barbara: es un relieve realizado con la técnica de ácido sobre plata.
Wiesbaden. Iglesia St. Marien Wiesbaden-Biebrich: es una copia.
Wichmannshausen. Iglesia. (Antigua residencia de Kurt Reuber): es una copia.

Austria
Baden bei Wien. Iglesia St. Stephan: es un relieve tallado en madera.
Felling. Iglesia: es una obra bordada.
Fronsburg. Ermita Bründlkapelle: es una talla en relieve.
Langau. Iglesia: es una talla en relieve.

Inglaterra
Coventry. Catedral. Capilla Millennium.(Millennium Chapel): es una copia.

Rusia
Museo Stalingrado en Volgogrado: es una copia.
Iglesia de San Nicolás en Volgogrado: es un relieve tallado.

Otros empleos
La obra forma parte del emblema del regimiento sanitario 21 del ejército alemán.

miércoles, 31 de julio de 2019

"Los Malditos Nazis" (Que no te engañen más)

"LOS MALDITOS NAZIS" (QUE NO TE ENGAÑEN MÁS)



Joe Louis (Estados Unidos) y Max Schmeling (Alemania) se enfrentaron la primera vez en 1936 y la segunda en 1938, en la primera pelea Schmeling derrotó a Louis y en la segunda Louis se impuso a Schmeling. Cuando Louis por fin derrotó en 1938 al "régimen Nazi" (como la propaganda sionista lo difundía) tuvo que volver a su realidad, y su triste verdad era que no podía ni comprarse una casa en el barrio que él quisiera por ser negro, no podía solventar los gastos más necesarios porque su gobierno, aquel que se llena la boca y grita a los cuatro vientos que es la tierra de la libertad y la democracia le había cobrado excesivos impuestos a cuenta de donaciones que había hecho a centros de atención para niños sin hogar y gente negra en estado de indigencia. El gobierno que lo utilizó como imagen de la libertad de los pueblos y por erradicar el "antisemitismo", no fue capaz de ayudar al hombre que derroto al "régimen Nazi" en un ring. 

Louis quedó sin dinero, sin casa, endeudado hasta el cuello y siendo viejo y negro no tenía una forma digna de ganarse la vida, bajo esas circunstancias en la tierra de la "libertad y la democracia", se vio obligado a incursionar a una edad muy avanzada en la lucha libre y también seguía en el boxeo enfrentándose esporádicamente a boxeadores en acenso, uno de esos boxeadores fue Rocky Marciano. En la tierra de las oportunidades nadie podía ayudar a Louis pero en el país de los "monstruos genocidas y racistas" sí hubo quien le diera la mano y ese fue el boxeador nazi Max Schmeling quien, en el ocaso de la vida de Louis aportaba una importante ayuda económica a éste, los gastos funerarios de Louis fueron cubiertos por Schmeling y además entregó una cantidad importante de dinero a su familia. 
Por eso cuando escuchamos a "historiadores" ridículos hablando de como estos dos atletas (Louis y Owens) vencieron el racismo alemán, resulta repulsivo y asqueroso ver como se jactan tratando de hacer ver a los Estados Unidos como el epítome de la libertad, la justicia y lo más alto en valores de la civilización occidental, cuando ni Joe Louis ni Jesee Owens podían estar en un mismo restaurante con gente blanca, ni subirse a un autobús y sentarse donde ellos quisieran. 

Fragmento recopilado de: El Mundo Detrás de las Cortinas de Samuel Cruz



viernes, 19 de julio de 2019

Wernher von Braun El Científico Nazi Que Nos Llevó A La Luna

Wernher von Braun El Científico Nazi Que Nos Llevó A La Luna

Wernher von Braun, uno de los ingenieros fabricantes de armas para el ejército nazi, soñaba con conquistar el espacio. Tras la guerra, Estados Unidos lo reclutó para trabajar en la tecnología que llevó a la humanidad a la Luna en 1969.




La historia oficial nos cuenta que el 30 de abril de 1945 Adolf Hitler se disparó en la cabeza en su búnker de Berlín. Este suceso desencadenó el fin de la guerra en Europa el 7 de mayo.

Desde que los ejércitos de las fuerzas aliadas desembarcaron primero en Sicilia, el 9 de julio de 1943, y luego el 6 de junio de 1944, en las costas del norte de Francia, se empezó a redactar una larga lista de órdenes de captura en contra de los benefactores del régimen nazi. Algunos de ellos, oficiales de alto rango y prominentes empresarios alemanes, fueron juzgados y condenados en los juicios de Núremberg, entre 1945 y 1946. Sin embargo, había otros personajes que, por razones militares y económicas, eran más valiosos en suelo estadounidense que en alguna cárcel.

Terminada la guerra, empezaba otro conflicto ideológico y político entre las dos potencias nacientes: Estados Unidos y la Unión Soviética. Para ninguno de los dos bandos era desconocido que los alemanes habían logrado avances sobresalientes en tecnologías militares, como la propulsión y la cohetería. Muestras de ello fueron el Messerschmitt 262 (llamado también, la golondrina), el primer avión de combate del mundo que utilizaba motores a reacción (contrario a los aviones de hélice característicos de este período), y los Vergeltungswaffe 2 (o cohetes V2), los primeros misiles balísticos de largo alcance.

La misión era clara en el papel: aparte de capturar a los "criminales de guerra" como Josef Mengele o Adolf Eichmann para llevarlos ante la "justicia", era necesario encontrar a las mentes de las armas secretas de guerra alemanas para hacerse con sus servicios.

Después de varias iniciativas y misiones de inteligencia, en noviembre de 1945 el presidente estadounidense Harry Truman autorizó la versión final de la Operación Paperclip (sujetapapeles), un programa secreto llevado a cabo por la Agencia de Inteligencia de Objetivos Conjuntos (JIOA, por sus siglas en inglés), que se proponía encontrar a científicos alemanes, limpiar su historial y expatriarlos hacia Estados Unidos.

Una de las fuentes de información era un documento que cayó en manos aliadas denominado la lista Osenberg, redactada en 1943 por los nazis para identificar a científicos e ingenieros alemanes que pudieran contribuir a la guerra. Cuando la lista llegó a manos del mayor Robert Staver, oficial de inteligencia y jefe de la División de Propulsión del Ejército estadounidense, se marcó como objetivo prioritario a Wernher von Braun, el ingeniero a cargo de la fabricación de los cohetes V2.



Desde niño, los libros de ciencia y ciencia ficción despertaron su curiosidad por los cohetes y los viajes al espacio. A principios de la década de 1930, von Braun pudo mostrarles a algunos oficiales del Ejército alemán sus prototipos de cohetes.

Impresionados, le ofrecieron trabajar para ellos en secreto, a cambio de patrocinar sus estudios universitarios. Así logró doctorarse en física e ingeniería aeroespacial. A continuación, von Braun se alistó en el Ejército para continuar su trabajo como ingeniero de cohetes, un trabajo que en aquella época de crisis solamente podía ser financiado por el gobierno. Meses después, Hitler subió al poder y las tornas cambiarían para el ingeniero. En vez de construir cohetes para ir al espacio, debería construirlos para atacar a los enemigos de Alemania.

A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, el alto mando del Ejército alemán le dio la tarea a von Braun de fabricar un cohete para atacar objetivos militares desde grandes distancias. Para esta misión secreta, el ingeniero y su equipo fueron destinados a una instalación militar subterránea en la isla de Peenemünde, ubicada al norte del país, a orillas del mar Báltico.

Después de años de trabajo, el resultado dejó fascinado al mismísimo Hitler. Denominado comúnmente V2, era un misil balístico de 15 metros de longitud y 15 toneladas de peso, una de ellas dedicada solo a material explosivo. Se calculaba que tenía un alcance de 300 kilómetros y una precisión sobresaliente para la época. Se calcula que alrededor de mil cohetes V2 surcaron los cielos europeos y dejaron al menos unas 20.000 víctimas mortales en Inglaterra y Bélgica.

El desarrollo del primer misil balístico de largo alcance del mundo era una razón suficiente para que Wernher von Braun fuera una prioridad para la inteligencia militar norteamericana. Con la proximidad del Ejército rojo a finales de 1944, Wernher von Braun y sus científicos de confianza se mudaron de Peenemünde para evitar ser capturados por los soviéticos. A principios de 1945 después del fracaso de la contraofensiva de las Ardenas, en los bosques de Bélgica, era evidente que la guerra estaba perdida y muchos científicos alemanes comenzaron a buscar opciones para mejorar su futuro. Un día después del suicidio de Hitler, von Braun y su grupo de colaboradores se contactaron con los soldados estadounidenses y se entregaron.



Como parte de la Operación Paperclip, alrededor de mil científicos alemanes fueron llevados a trabajar a Estados Unidos en diferentes proyectos (como el proyecto Manhattan, que dio origen a la bomba atómica que terminó la guerra en el Pacífico), incluidos Wernher von Braun y un grupo de alrededor de 150 de sus colaboradores directos. A pesar de su afiliación a las SS (Schutzstaffel) desde 1937, el Ejército estadounidense se encargó de encontrar y limpiar su historial para que pudiera emigrar sin complicaciones legales a Estados Unidos.

Era mejor tener en las filas del Ejército estadounidense a un genio nazi que fabricaba cohetes que condenarlo a prisión. Los rusos también tenían al ingeniero en su lista, y aunque se lo ganaron los estadounidenses, se calcula que el Ejército ruso logró hacer prisioneros al menos a 2.000 científicos y técnicos alemanes que puso al servicio del comunismo durante la Guerra Fría entre ellos a Helmut Gröttrup colaborador de Von Braun y quien diseño el Cohete R-1 para los rusos que fue de gran contribución al desarrollo del programa espacial soviético.

Von Braun fue trasladado por un tiempo a Nuevo México, hasta que finalmente se le destinó designado a Huntsville, Alabama, para trabajar directamente con el Ejército, y después, con la recién creada Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).

Era el inicio de su sueño. Al principio, los esfuerzos de von Braun por desarrollar un cohete que viajara al espacio no fueron bien canalizados por las autoridades administrativas del país. Sin embargo, un detonante llegó el 4 de octubre de 1957, cuando toda la nación veía por televisión cómo los rusos habían ubicado el primer satélite artificial en la órbita terrestre: el Sputnik 1. El país estaba indignado, y se indignó aun más cuando dos meses después, el 6 de diciembre, el cohete Vanguard explotaba en la plataforma de lanzamiento sin lograr poner en órbita el primer satélite estadounidense. Después, el 31 de enero de 1958, un cohete de von Braun transportó satisfactoriamente hasta la órbita terrestre al Explorer 1, el primer satélite artificial estadounidense. Huntsville lo celebró en grande, y el alemán era el hombre del momento. Incluso, ocupó la portada de la revista “Time” del 17 de febrero con el título Missileman (El hombre de los misiles).

El sueño de Wernher von Braun iba más allá, y después de fabricar cohetes con aplicaciones militares, su meta era construirlos para llevar personas al espacio. Sin embargo, la política del presidente Dwight Eisenhower se limitaba al transporte y posicionamiento de satélites y otros instrumentos en el espacio, no al transporte humano. Nuevamente, los rusos le dieron un empujón a las ilusiones de von Braun, cuando el cosmonauta ruso Yuri Gagarin orbitó por cerca de dos horas la Tierra a bordo de la nave Vostok 1. Los rusos no solo habían sido los primeros en enviar un objeto a la órbita terrestre, sino en enviar a un hombre y traerlo de regreso a la Tierra.

Wernher von Braun encontró la carta perfecta para justificar sus ambiciones de llevar a un hombre al espacio a bordo de uno de sus cohetes: el miedo. En una intervención ante el Congreso argumentó que los rusos tenían la intención no solo de conquistar el planeta, sino también el espacio que lo rodea.



En mayo de 1961, el presidente John Kennedy en una famosa alocución dijo: “Creo que esta nación debería comprometerse a lograr el objetivo, antes de que termine esta década, de llevar un hombre a la Luna y regresarlo a salvo a la Tierra”. Solo había un hombre capaz de llevar a una persona hasta donde nadie había llegado, y ese era Wernher von Braun. Veinte años después de construirle cohetes a Hitler, von Braun y su equipo volvieron a hacer lo que sabían hacer. Cuando en septiembre de 1962 Kennedy visitó al científico alemán, conoció los planos de un gigantesco cohete: de tres fases denominado Saturno V. El presidente abandonó el lugar seguro de que antes del final de la década vería a un astronauta pisando el suelo lunar.

Puede uno imaginar que el día más importante de la vida de von Braun fue el 16 de julio de 1969. El día en que esperaba materializar todos sus sueños de niño, y todos sus esfuerzos como ingeniero. Ese día, Cerca de un millón de personas en las afueras del Centro Espacial Kennedy, en Florida, y muchas más alrededor del mundo a través de sus televisores, observaban como en el complejo de lanzamiento 39 se ubicaba el titánico Saturno V, cuya misión era sacar a los tres astronautas del Apolo 11 de la Tierra y llevarlos más allá de la órbita terrestre. Aquella mañana, el científico alemán estaba tranquilo y sonriente. A la 1:32 p.m. el intercomunicador del centro espacial señalaba: “10, 9, arranque de la secuencia de encendido, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0. Todos los motores en marcha. Despegue, tenemos despegue, 32 minutos pasada la hora, despega el Apolo 11”.



El potente cohete ingeniado por un antiguo oficial nazi se separaba del suelo y consumía su combustible para acelerar el Apolo 11 a más de 11.000 metros por segundo con dirección al cielo, ese que von Braun había apreciado con fascinación desde niño. Cuatro días después, el 20 de julio, el mundo presenció el primer alunizaje.

Aunque el gobierno norteamericano no continuó su programa espacial como el ingeniero alemán lo proyectaba, enviando astronautas a Marte y a Titán una de las lunas de Saturno, no es descabellado decir que si hace cincuenta años llegamos a la Luna fue porque un hombre trabajó para ello toda su vida. El 16 de julio de 1969, el cohete de Wernher von Braun convirtió la ficción en realidad y nos puso a imaginar la conquista de otros mundos.

lunes, 8 de julio de 2019

Batalla de Kiev

Batalla de Kiev  7 de julio al 26 de septiembre de 1941

La Batalla de Kiev fue un enorme cerco de tropas en la capital ucraniana durante la Segunda Guerra Mundial; hoy por hoy es mencionado como la mayor batalla de embolsamiento de la Historia. Comenzó a mediados de agosto y finalizó el 26 de septiembre de 1941, como parte de la Operación Barbarroja. En la historia militar soviética es conocida como "Operación Defensa de Kiev", del 7 de julio al 26 de septiembre de 1941.

Un soldado de la Wehrmacht con una ametralladora MG34 en su hombro, frente oriental, Ucrania, 1941


La batalla
El por entonces general Zhukov advirtió a Stalin que el Ejército Rojo debía abandonar la ciudad para evitar ser rodeado, pero Stalin, que acababa de decir a Winston Churchill que la Unión Soviética nunca dejaría Moscú, Leningrado o Kiev, destituyó del cargo de jefe del estado mayor.

Las fuerzas móviles de Rundstedt que venían de triunfar en la denominada Bolsa de Uman, avanzaron hacia el sur de Kiev. El 1º Grupo Panzer se dirigió al norte desde el frente central tomando al mando soviético por sorpresa, entonces Stalin cambió de opinión en cuanto a abandonar Kiev, pero ya era tarde, los alemanes afirmaron tener 665.000 prisioneros. Hitler la llamó "la batalla más grande de la historia universal".

Conclusión del cerco
Tras la finalización del cerco, los soldados soviéticos lucharon hasta la última gota de sangre, haciendo una feroz resistencia a las tropas alemanas que sufrieron también cuantiosas bajas.

Prácticamente la totalidad del Frente Suroeste del Ejército Rojo fue rodeado por los alemanes, que cifran en 665.000 las tropas capturadas. Sin embargo, la velocidad del ataque encontró a la Luftwaffe lejos de sus bases, lo que permitió a muchos soviéticos escapar del cerco, días después de cerrarse la tenaza alemana. Entre ellos huyeron el Mariscal Semyon Budyonny, el Mariscal Semión Timoshenko y el comisario político Nikita Jrushchov.

El desastre de Kiev, sin embargo, resultó un batacazo para el Ejército Rojo, superior incluso a la tragedia de Minsk en junio del mismo año. El 1 de septiembre el Frente Suroeste contaba con 760.000 hombres (850.000 incluyendo reservas y órganos de retaguardia), 3.923 cañones y morteros, 114 tanques y 167 aviones de combate. En el cerco quedaron 452.700 hombres, 2.642 cañones y morteros y 64 tanques, de los cuales escasamente 15.000 escaparon hacia el 2 de octubre. En conjunto, el Frente Suroeste sufrió 700.544 bajas, incluyendo 616.304 muertos, capturados, o perdidos a lo largo del mes de combates, entre los fallecidos se incluía al Coronel General Mijaíl Kirponos, el Comandante en Jefe. Como resultado, cuatro ejércitos de campo soviéticos, que contaban con 43 divisiones, cesaron virtualmente de existir. Tal y como había ocurrido con el Frente Oeste, hubo de ser creado de nuevo desde la nada.