lunes, 18 de febrero de 2013

La Operación militar que Hitler no quiso llevar a cabo : Operación León Marino


La Operación militar que Hitler no quiso llevar a cabo :

Operación León Marino 



La Operación León Marino (en alemán: Unternehmen Seelöwe) fue un plan alemán para invadir Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial.
Hitler esperaba que los británicos firmaran la paz sin tener que llegar a la ocupación del país. Pero esto no ocurrió, por lo que junto con sus generales empezaron a planear la invasión de la isla.
Finalmente la invasión no llegó a concretarse debido al contratiempo que supuso la exitosa defensa de los británicos en la Batalla de Inglaterra.

Desarrollo

Según el general Karl Student la mejor oportunidad para la invasión ya se les había escapado. El había ideado un plan para aprovechar el caos de Dunkerque, pero el plan se había ido retrasando.
La operación requería lograr la supremacía aérea. A finales de agosto de 1940, la situación del Grupo 12 de caza de la RAF era tan desastrosa que el Jagdführer 2 de la Luftflotte II afirmaba el 29 de ese mes que "la supremacía ilimitada en cazas" era ya un hecho. Sin embargo el cambio de objetivo de la Luftwaffe a partir del 7 de septiembre de 1940, cuando, a consecuencia de los ataques de represalia ordenados por el bombardeo británico de Berlín a fines de agosto, se interrumpen los ataques masivos contra aeródromos y se toma como blancos principales Londres y las ciudades de producción bélica, hacen que no se consiga la deseada y necesaria supremacía y se reconsidere la oportunidad de la invasión.

En aquel entonces, los ingleses tenían pocas probabilidades de vencer al ejército alemán en caso de que se pusiera en marcha la Operación León Marino. Winston Churchill ordenó gasear a los alemanes con 1500 toneladas de gas mostaza nitrogenado almacenado desde finales de la Primera Guerra Mundial. Éstos, sin embargo, ya estaban protegidos contra este gas, cosa que Churchill ignoraba.

La amenaza de invasión se mantuvo durante bastante tiempo, primero para mantener una presión psicológica sobre el pueblo y el gobierno inglés, y posteriormente para encubrir los planes alemanes de ataque contra la Unión Soviética.
Además Hitler siempre estuvo interesado en un arreglo amistoso con Gran Bretaña.