viernes, 29 de marzo de 2019

Pruebas contra el Holocausto

Pruebas contra el Holocausto

El libro Pruebas contra el Holocausto (El gran mito), es un libro del revisionista David Irving.



Palabras de Irving
"He buscado durante más de diez años en todos los archivos y no he encontrado nada sobre una posible conexión entre Adolf Hitler y el Holocausto. No hay ningún documento en los archivos…

Me resultó muy anormal no hallar ningún documento que relacionara a Adolf Hitler con malos tratos a los judíos. En cambio, si que encontré varios documentos de Adolf Hitler destinados a proteger a los judíos (de la ira o iniciativas particulares)...

Tengo un documento de los archivos americanos que reproduce un telegrama firmado por Rudolf Hess y enviado a todos los Gauleiters en el que se indica que no deben incendiarse ni destruirse establecimientos judíos...

Hay también muchos otros documentos que atestiguan que Hitler ha tratado de evitar todas las acciones e iniciativas individuales contra los judíos... El Ministerio del Interior informa que el Führer Adolf Hitler no quiere preocuparse con una solución al problema judío hasta que la guerra no haya terminado. Es algo típico de Hitler...

Cámaras de gas



Y la verdad es que no hubo cámaras de gas en Auschwitz. Ahora sí las hay. Pero todo son falsificaciones posteriores a la guerra realizadas por los polacos. Los americanos hicieron lo mismo en Dachau y durante muchos años se enseñó una cámara de gas a los turistas hasta que el gobierno alemán admitió que se trataba de una falsificación americana y fue retirada...

La "cámara de gas" de Auschwitz tiene dos puertas que dejan debajo una rendija de casi 10 centímetros. Esto es imposible. Una cámara de gas ha de estar herméticamente cerrada. Además, hay una ventana con cristales corrientes, que se pueden romper con facilidad. Esto sería un detalle absurdo en una cámara de gas, pero no en un depósito de cadáveres que es lo que en realidad era.

Si no había cámaras de gas en Auschwitz, ¿de dónde viene esa leyenda? Y digo leyenda y no mentira, pues ahora millones de personas en todo el mundo lo creen como una religión. Yo antes también era un buen creyente. Y si no había cámaras de gas, ¿donde están los seis millones de judíos desaparecidos?"...

El jefe de la propaganda inglesa envía un mensaje a Winston Churchill en el que desaconseja firmar esa acusación: "He descubierto que se trata de una mentira que puede poner en peligro nuestra propaganda". Pocos meses después dice: "No sé cuánto tiempo más podremos mantener que los alemanes están matando judíos en cámaras de gas. Es una mentira grotesca, como la de que los alemanes en la I Guerra Mundial fabricaban mantequilla con los cadáveres de sus enemigos, y aquello hizo perder la credibilidad a nuestra propaganda".



jueves, 21 de marzo de 2019

Las Cámaras de Gas Nazis Que Nunca Existieron Con Las Que Asesinaron a Millones De Inocentes Judíos Y Hasta A Muchos Millones Más

Las Cámaras de Gas Nazis Que Nunca Existieron Con Las Que Asesinaron a Millones De Inocentes Judíos Y Hasta A Muchos Millones Más



Cámara de gas en el Holocausto



Según la versión de posguerra, escrita por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, las cámaras de gas habrían sido uno de los métodos de homicidio utilizados por el Tercer Reich para el exterminio de judíos y otras minorías durante la contienda bélica. El asesinato sistemático, según esta versión refutada por el revisionismo histórico, habría sido el verdadero plan de la llamada Solución Final lo que posteriormente se conoció como Holocausto.

En la década de los 80s, la investigación conducida por Fred A. Leuchter de las supuestas cámaras de gas de Polonia cuestionó seriamente su uso como cámaras homicidas. Sin embargo, los hallazgos de Leuchter fueron desestimados por el Lobby judío ya que este no poseía la correspondiente licencia de ingeniero. No fue hasta la década de los 90s cuando el licenciado en química Germar Rudolf, a punto de graduarse como doctor, lleva adelante su propia investigación que se conoce bajo el nombre de Informe Rudolf.
Ésta termina por confirmar los hallazgos de Leuchter en el sentido de que las presuntas cámaras de gas de Polonia no fueron utilizadas para el exterminio de la manera descrita por la historia oficial. El informe no ha podido ser refutado científicamente, por lo cual las autoridades alemanas optaron por pedir la extradición de Rudolf y encarcelarlo. El principal pretexto esgrimido por los fiscales fue que el resultado su investigación no coincide con la verdad del Holocausto, establecida por ley.

Características y funcionamiento según la historia oficial



Las supuestas cámaras de gas, habrían sido recintos subterráneos o barracones generalmente disfrazados o simulados como duchas colectivas. Estaban completamente aisladas y contaban con un sistema que introducía, en un primer momento, monóxido de carbono, pero luego se usó, supuestamente, el gas Zyklon B. La capacidad variaba en estas instalaciones, pero cabían de 1.000 a 2.500 reclusos. Desde el exterior se introducía el Zyklon B granulado, un pesticida que liberaba grandes cantidades de ácido cianhídrico (HCN). Se dice que el procedimiento podía eliminar de 5.000 a 10.000 reclusos por día y que la muerte total de la multitud expuesta sobrevenía antes de los 25 minutos. Como el gas actúa inhibiendo el ciclo respiratorio, las víctimas perecían por asfixia, mientras sufrían espasmos y convulsiones.

Una vez muertos los condenados, la cámara era ventilada y los Sonderkommando (unidades de trabajo que estaban formados por judíos) entraban y lavaban los cuerpos con mangueras para retirar la sangre, orina y heces, y así facilitar la búsqueda de objetos valiosos en orificios corporales, antes de proceder a cremarlos. Se alega que las paredes estaban aisladas acústicamente y el operador miraba el desarrollo del proceso por una mirilla de vidrio muy grueso.

Al caer los así llamados "campos de exterminio" en manos de los comunistas de Josef Stalin, ninguna evidencia física fue hallada. Así que estos reformaron diversos edificios de acuerdo con relatos de supuestos testigos del Holocausto para que se vieran como cámaras de gas. Este hecho fue revelado en la década de los noventas del siglo XX gracias a la investigación del revisionista judío David Cole.

Con respecto al método de ejecución en si mismo, Carlos Porter deja entrever el absurdo que supone, ya que con solo colocar a miles de personas en una pequeña habitación hermética de la que no hay posibilidades de escapar, estas habrían fallecido por sofocamiento al cabo de pocos minutos y los alemanes se habrían ahorrado el gas.


Cámaras de gas en los Estados Unidos



Las cámaras de gas que realmente existieron, se usaron como "pena capital" en Estados Unidos. La primera persona en ser ejecutada fue Gee Jon, el 8 de febrero de 1924. En la actualidad, cinco estados (Wyoming, California, Maryland, Missouri, Arizona) mantienen técnicamente este método como segunda alternativa a la inyección letal. Pero las ejecuciones no se realizan utilizando un pesticida como el Zyklon B ya que este para producir una muerte rápida en muy pocos minutos, requiere altas concentraciones, baja humedad ambiental o ser calentado, y sistemas de ventilación para hacerlo circular. En EE.UU. simplemente producen el gas letal HCN mediante una reacción química entre cianuro de potasio (HKN) y ácido sulfúrico. Pese a las altas concentraciones de veneno producidas, se le avisa a la victima que debe colaborar inhalando voluntariamente el gas para así evitarse padecimientos innecesarios y acortar la ejecución. Los síntomas que padece el condenado al ser expuesto al gas suelen ser desagradables de observar para los testigos e incluyen espasmos y expulsión de espuma por la boca. En 1983 el condenado Jimmy Lee Gray en Mississippi, tuvo una muerte violenta en 8 minutos al final de los cuales, según el abogado David Bruck, falleció mientras azotaba su cabeza contra un barrote de acero en el interior de la cámara. Sin embargo, algunos testigos del Holocausto y supuestos sonderkommandos como Darío Gabbai hablan de ejecuciones en tiempos de récord de 2 a 4 minutos en su testimonio para la documental "Los últimos días" del judío Steven Spielberg. Al mismo tiempo se alega que los nazis utilizaban concentraciones mínimas de HCN, a fin de explicar la escasez de residuos del veneno hallados en las supuestas cámaras homicidas.

martes, 19 de marzo de 2019

Zyklon B : El "Temible" Pesticida Que "Asesinó" a millones de mansos e inocentes judíos y a muchos millones más según la versión oficial.

Zyklon B : El "Temible" Pesticida Que "Asesinó"  a  millones de mansos e inocentes judíos y a muchos millones más según la versión oficial.



Zyklon B era la marca registrada de un insecticida a base de cianuro que, según la historia oficial (la escrita por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial), fue usada por el Tercer Reich para asesinar a millones de personas en el llamado "Holocausto". También conocido como Cyclon B, consistía en ácido cianhídrico (ácido prúsico), además de un estabilizador y un odorante de advertencia. Con este se impregnaban pequeñas bolas absorbentes, discos de fibra, o tierra de diatomeas. Se almacenaba en envases herméticos y al contacto con el aire en condiciones adecuadas de temperatura y humedad ambiental producía cianuro de hidrógeno gaseoso (HCN). El Zyklon B todavía se produce en la República Checa bajo la marca registrada Uragan D2 para exterminar insectos y roedores.

Creadores del pesticida

Los mismos que desde hace cerca de 70 años se muestran como víctimas de dicho producto, son los que desarrollaron el Zyklon B en la década de 1920. Efectivamente, fue el judío Fritz Haber, el creador de dicho pesticida.

El uso de la palabra Zyklon continúa incitando reacciones airadas de los grupos judíos y mostrando para todo el mundo, el inmenso poder que éstos tienen. En 2002, las empresas Bosch, Siemens, Hausgeräte y Umbro fueron forzadas a renunciar a sus tentativas de utilizar o registrar la marca para sus productos.

También se usó Zyklon A como pesticida, con el cianoformato metílico como agente activo pero su fabricación fue prohibida bajo el Tratado de Versalles pues podría ser un intermedio en la producción del gas venenoso. Los revisionistas modernos del Holocausto afirman, con pruebas contundentes, que nunca se usó Zyklon B en seres humanos en las mencionadas cámaras de gas.

Producción



El Zyklon B lo suministraban las compañías alemanas Degesch (mbH de Schädlingsbekämpfung del für de Deutsche Gesellschaft) y Tesch (und Stabenow de Tesch, für Schädlingsbekämpfung m.b.H. de Internationale Gesellschaft), bajo licencia del dueño de la patente, la empresa IG Farben. Tesch proporcionaba 2.000 kg al mes, y Degesch 750 kg.

Actualmente, en la República Checa, existe una empresa llamada Draslovka Kolín, que sigue fabricando y vendiendo el Zyklon B. Dicha empresa fabrica y comercializa diversos compuestos cianhídricos, entre ellos el Zyklon B, bajo el nombre de Uragan D2.

Cantidades suministradas a los campos

Al comparar las cantidades suministradas a los supuestos campos de exterminio con las que llegaron a otros campos de concentración, no se observaron diferencias significativas. Pero la propaganda del Holocausto alega que poco menos de dos millones de prisioneros murieron por el método del gas. 

El exterminacionismo intenta justificar estas irregularidades utilizando diversas teorías. Por ejemplo sostienen que al ser los humanos criaturas de sangre caliente se requiere mayor cantidad de cianuro para matar piojos y sus larvas que para la muerte de seres humanos. Pero de acuerdo con el Informe Rudolf a fin de lograr una muerte rápida como la descrita por los presuntos testigos, sería necesario calentar el Zyklon B y proporcionar sistemas de ventilación adecuados que mantengan el gas circulando a través de la cámara en lugar de ser expulsado al exterior, lo cual no se hacía de acuerdo con dichos testimonios.


Mito



Según el mito, el pesticida fue utilizado como arma química por los alemanes en las cámaras de gas de los campos de prisioneros peligrosos de Auschwitz-Birkenau y Majdanek. Pero en realidad, el Zyklon B se usó para controlar los brotes de tifus que era transmitido por el piojo.

El Zyklon B puede ser utilizado con seguridad empleando una máscara anti gas. Por debajo de los 26ºC y en condiciones de alta humedad ambiental como las presentes en Auchwitz, el granulado demoraría horas en volatilizarse. Al ser calentado se gasifica rápidamente y resulta letal para el ser humano. Ningún dispositivo para calentar el Zyklon B fue hallado en las supuestas cámaras de gas y la historia oficial exterminista afirma, sin aportar pruebas de ningún tipo, que el calor producido por la gente habría gasificado el Zyklon B en cada ejecución, incluso en el frío invierno, en el que se llegaron a registrar temperaturas de -40ºC en algunas regiones polacas durante los años 1940 a 1945.

Además es extremadamente sencillo de verificar que el venenoso HCN aportado por el Zyklon B, tiene entre sus propiedades químicas el mantenerse en estado líquido por debajo de los 26ºC.

El HCN en estado líquido así como el granulado Zyklon B, son efectivos a bajas temperaturas como insecticidas al administrarse sobre superficies contaminadas, pudiendo aplicarse incluso a 5ºC tal como lo especifica la ficha del producto. Pero por las razones antes expuestas no resultaría adecuado para ejecuciones, al ser incapaz de gasificarse rápidamente y causar la muerte en minutos como lo sostiene la historia oficial.

El licenciado en química Germar Rudolf también ha explicado en su Informe Rudolf que al contrario de lo que sostienen exterminacionistas como Brian Harmon, las cantidades de HCN liberadas por evaporación a bajas temperaturas serían insuficientes para causar la muerte en el tiempo declarado por los testigos teniendo en cuenta las condiciones atmosféricas y capacidad de las supuestas cámaras de gas.

El experto estadounidense en sistemas de ejecución Fred A. Leuchter explica que en los Estados Unidos, donde se han ejecutado prisioneros en la cámara de gas con HCN, ningún sistema se ha diseñado o fabricado jamás para utilizar Zyklon B. El motivo de ello es que tiene una baja tasa de evaporación, requiere ser calentado y proporcionar un sistema de ventilación.

Eliminación del agente irritante

El HCN, es extremadamente tóxico por inhalación, y es difícil de detectar mediante el olfato, así que se le añadía un irritante para mantener alejados a los incautos. La decisión de eliminar ese irritante en los cargamentos destinados a los campos de exterminio es señalada como un claro indicio criminal por parte de exterminacionistas como Nizkor y Brian Harmon.

El que se eliminara el indicador irritante de los cargamentos destinados a los campos de exterminio nazis es otro dato curioso, ya que cabe preguntarse por qué se eliminaría una medida de seguridad obvia de un producto si se pretendiera darle un uso benigno. Las declaraciones de testigos como Fillip Müller y los documentos que describen el uso del Zyklon-B en las propias cámaras de gas son las mejores pruebas.
Brian Harmon, "El Cianuro de Hidrógeno, el Zyklon-B y el Exterminio Masivo".

Sin embargo, la eliminación de la esencia de advertencia fue decidido por la compañía Degesch ("Corporación Alemana para el Control de Plagas", que sigue activa hoy día), no por la SS. Esto se reveló durante el testimonio dado por Mr. Johan Arthur Breitweiser, en los Juicios de Auschwitz-Frankfurt en 1961. Breitweiser estaba a cargo de la desinfección en Auschwitz.

La explicación dada fue una escasez en el suministro del irritante para el Zyklon B. La misma no proviene de los revisionistas, sino de un académico oficial del Holocausto, Jean Claude Pressac, en su libro Auschwitz: Technique and Operation of the Gas Chambers:

Hacia el final de la guerra, el porcentaje del agente de advertencia fue reducido por causa de una escasez en el suministro.
Jean Claude Pressac, Technique and Operation of the Gas Chambers.

Además, tomando en cuenta que la historia oficial afirma que las personas entraban a dichas cámaras previamente convencidas acerca de que eran duchas, y que las puertas se cerraban herméticamente una vez los internos pasaban dentro de las mismas (además de que eran resistentes al empuje de las víctimas desde el interior), por no mencionar que los gaseamientos resultaban efectivos al cabo de pocos minutos, la preocupación con tal de librarse de dicho olor de advertencia resulta particularmente superflua. Los únicos que se arriesgaban por emplear el Zyklon B sin olor de advertencia eran las personas que manejaban las latas.