Pruebas contra el Holocausto
El libro Pruebas contra el Holocausto (El gran mito), es un libro del revisionista David Irving.
Palabras de Irving
"He buscado durante más de diez años en todos los archivos y no he encontrado nada sobre una posible conexión entre Adolf Hitler y el Holocausto. No hay ningún documento en los archivos…
Me resultó muy anormal no hallar ningún documento que relacionara a Adolf Hitler con malos tratos a los judíos. En cambio, si que encontré varios documentos de Adolf Hitler destinados a proteger a los judíos (de la ira o iniciativas particulares)...
Tengo un documento de los archivos americanos que reproduce un telegrama firmado por Rudolf Hess y enviado a todos los Gauleiters en el que se indica que no deben incendiarse ni destruirse establecimientos judíos...
Hay también muchos otros documentos que atestiguan que Hitler ha tratado de evitar todas las acciones e iniciativas individuales contra los judíos... El Ministerio del Interior informa que el Führer Adolf Hitler no quiere preocuparse con una solución al problema judío hasta que la guerra no haya terminado. Es algo típico de Hitler...
Cámaras de gas
Y la verdad es que no hubo cámaras de gas en Auschwitz. Ahora sí las hay. Pero todo son falsificaciones posteriores a la guerra realizadas por los polacos. Los americanos hicieron lo mismo en Dachau y durante muchos años se enseñó una cámara de gas a los turistas hasta que el gobierno alemán admitió que se trataba de una falsificación americana y fue retirada...
La "cámara de gas" de Auschwitz tiene dos puertas que dejan debajo una rendija de casi 10 centímetros. Esto es imposible. Una cámara de gas ha de estar herméticamente cerrada. Además, hay una ventana con cristales corrientes, que se pueden romper con facilidad. Esto sería un detalle absurdo en una cámara de gas, pero no en un depósito de cadáveres que es lo que en realidad era.
Si no había cámaras de gas en Auschwitz, ¿de dónde viene esa leyenda? Y digo leyenda y no mentira, pues ahora millones de personas en todo el mundo lo creen como una religión. Yo antes también era un buen creyente. Y si no había cámaras de gas, ¿donde están los seis millones de judíos desaparecidos?"...
El jefe de la propaganda inglesa envía un mensaje a Winston Churchill en el que desaconseja firmar esa acusación: "He descubierto que se trata de una mentira que puede poner en peligro nuestra propaganda". Pocos meses después dice: "No sé cuánto tiempo más podremos mantener que los alemanes están matando judíos en cámaras de gas. Es una mentira grotesca, como la de que los alemanes en la I Guerra Mundial fabricaban mantequilla con los cadáveres de sus enemigos, y aquello hizo perder la credibilidad a nuestra propaganda".