viernes, 15 de febrero de 2013

El racismo ayuda a los demás pueblos.


EL RACISMO AYUDA A LOS DEMÁS PUEBLOS



Precisamente han sido las ideologías liberales e igualitarias las que han destrozado al tercer mundo. El colonialismo es una creación típica del capitalismo, realizada bajo las ideas de librepensadores. Han sido los igualitaristas los que han destruido las sociedades indígenas del tercer mundo, lanzándolas al caos y la miseria. 


La idea de ayudar a las demás razas a base de exportarlas nuestras costumbres y adelantos tecnológicos ha sido un claro desastre. Ha sido un enorme genocidio cultural. Hemos destruido las culturas de cientos de pueblos gracias al igualitarismo economicista exportado a todo el mundo. 


Solo unos pocos misioneros han sabido ayudar a los pueblos, metiéndose en su forma de vida, ayudando sin romper sus estructuras. 


Los racistas queremos ayudar a cualquier otro pueblo con una serie de bases claras:


- Que el pueblo pida de forma clara y global esa ayuda, empezando por sus dirigentes naturales. 

- Que la ayuda no implique ningún tipo de movimiento de masas ni de educación desarraigada de las élites del pueblo a ayudar. La idea de educar a la europea a los líderes africanos ha llevado al desastre: los ha convertidos en una chusma de ladrones desenraizados de sus pueblos. La clase dirigente actual africana es el peor enemigo de África. 

- Que la ayuda se dirija a que los propios pueblos tercermundistas solucionen sus problemas, no para solucionárselos nosotros de forma autónoma. No queramos instalar fábricas en sociedades agrícolas, sino dejemos que sigan su camino natural.

Esto no se ha hecho así, de forma que las ayudas demoliberales al tercer mundo han sido catastróficas para éstos. Hasta el punto que ha sido esa 'ayuda' la que ha provocado las hambres y miserias mayores, al desequilibrar toda la sociedad nativa. 
Las pocas naciones que se han adaptado al capitalismo, mediante el uso y abuso del dumping social sólo han logrado enriquecer sus Estados a costa de aumentar la explotación esclavista de sus masas asiáticas. 

Frente a todo esto el racismo precisamente reclama un enorme respeto a los pueblos, a su diferencia, y por tanto asume el apoyo entre los pueblos como algo altruista llevado a cabo bajo ese respeto mutuo, sin exigir y sin aceptar exigencias. No ayudaremos a gobiernos infamantes que mantienen en el hambre a sus pueblos, ni ayudaremos a los pueblos a dejar sus costumbres para ser 'buenos capitalistas', sino que simplemente ayudaremos allí donde se nos pida, allí donde sea precisa una mano tendida, con la clara voluntad de no inmiscuirse en la vida y desarrollo natural del pueblo nativo.



¿EUGENESIA Y EUTANASIA? 

La idea de un gran centro de exterminio de subnormales y tarados es la imagen que se quiere dar a la política de salud racial nacional-socialista.

Esta imagen propagandística no tiene nada que ver con nuestras propuestas de salud pública. 

El racismo promueve la salud hereditaria, y propone la esterilización voluntaria de quienes sufren enfermedades hereditarias. Esta medida puede ser obligada en casos de graves enfermedades hereditarias. Sin embargo nadie se escandalizaría hoy en día si obligásemos a enfermos de tifus a no ser cocineros de comedores públicos para evitar la infección masiva. La esterilización de enfermos hereditarios graves es un hecho normal y en modo alguno atentatorio contra los derechos humanos. Por contra es atentar contra los derechos humanos de los niños el permitir su enfermedad grave hereditaria perfectamente evitable y conocida. 


Así mismo somos partidarios de un control médico obligado para matrimonios, y para gestantes, que evite en lo posible enfermedades degenerativas y la procreación de enfermos graves.
La concepción de hijos es un acto serio y de profunda responsabilidad, que no puede ser ignorada por padres insensatos, llevando el dolor y la miseria de por vida a sus hijos. 
Con estas medidas de esterilización y prevención se evitarán en una sola generación las enormes cantidades de subnormales y de taras hereditarias existentes actualmente, provocadas por el nefasto abandono que se tiene sobre la salud en la procreación. 

Fuera de estas medidas estamos contra la intervención estatal en cualquier tipo de actividad eugenésica y mucho menos eutanásica. 
El Estado puede llegar a permitir la muerte digna de un particular ,voluntariamente asumida y pedida, con toda clase de controles, pero NO será el Estado el que realice o adopte medidas en estos temas de profunda dificultad ética, y que deben ser objeto de todo tipo de cuidados, para evitar la conversión de una salida lógica para casos particulares en una especie de 'matadero de enfermos terminales', en una 'burocracia de la muerte' que nos repugna y que rechazamos totalmente.



CONCLUSIONES 
Se podría escribir mucho sobre estos temas, pero lo más importante es comprender que el racismo es una actitud natural ante el hombre, de profundo respeto a su dignidad, y que en modo alguno debe ir asociado a la idea de violencia o desprecio contra 'el otro'. El Sistema oculta sistemáticamente esta visión real del racismo para presentarlo como un 'delito' de agresividad y de mala fe. Nada más lejos de la realidad: el racismo es la expresión de amor al hombre y la Naturaleza, a la diferencia y la particularidad de cada uno, pueblo y cultura, oponiéndose a los esfuerzos tiránicos del Sistema para eliminar nuestra 'forma natural' de ser.