viernes, 14 de septiembre de 2018

Historia selectiva (Katyn — in memoriam) por Denes Martos. Año 2013.

Historia selectiva (Katyn — in memoriam) por Denes Martos. Año 2013.  





La "Memoria" que nos quieren inculcar las Historias oficiales también es necesariamente selectiva. Por de pronto, en la gran mayoría de los casos esas Historias no contienen los hechos objetivamente relevantes sino aquellos hechos que el historiador consideró relevantes. Y en no pocos casos se subrayan con trazo grueso aquellos hechos que el historiador, sea por los motivos que fueren, desearía presentar como relevantes.

Con ello, la Historia, la verdadera, queda arrumbada, repleta de historias escamoteadas que en el mejor de los casos solo conocen los eruditos y los especialistas. Y es una verdadera lástima. Porque muchas de esas historias escamoteadas encierran lecciones que haríamos bien en aprender.

Permítanme contarles una de esas historias.

el 17 de Septiembre, a las tres de la madrugada el gobierno soviético citó al embajador polaco Waclaw Grzybowski para leerle una declaración de Molotov: "El Estado polaco ya no existe. (...) El Ejército Rojo está cruzando la frontera polaca a fin de ofrecer su ayuda fraternal al pueblo polaco, para liberarlo de la lamentable guerra a la que se vio arrastrado por la ineptitud de sus dirigentes y para ayudarlo a obtener la paz." Mientras estas palabras le eran leídas al embajador, la URSS invadía Polonia por el Este.

Para el 6 de octubre de 1939, Polonia había dejado de existir otra vez.

El 3 de Septiembre de 1939 Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania y anunciaron un bloqueo económico, pero cuando la URSS invadió Polonia, sencillamente miraron para otro lado y se hicieron los distraídos.
El mundo asistió asombrado al espectáculo y, como siempre, la enorme mayoría no entendió nada. Algunos, 73 años después, siguen entender nada.

No obstante, el que entendió fue Stalin. Los hechos claramente indicaban que al Occidente capitalista Polonia le importaba un bledo. Consecuentemente, fiel a su consigna de que "el problema no son las cosas; el problema son las personas", se dedicó a asegurar el territorio polaco ocupado por las tropas soviéticas.

Ya en Septiembre de 1939 los soviéticos comenzaron a deportar los oficiales polacos prisioneros de guerra a Kozelsk, a Ostashkov y a Starobelsk. Las deportaciones culminaron en noviembre y finalizaron a fines de ese mes. Siguiendo expresas órdenes de Stalin, el NKVD "seleccionó" a 15.400 oficiales polacos después de interrogarlos a todos, consignar la extracción social de cada uno y anotar sus opiniones políticas. Además, junto con los militares, los soviéticos hicieron una enorme redada incluyendo a más de 6.000 civiles, intelectuales, sacerdotes, profesionales y políticos de diferentes extracciones. La "lucha de clases" encontró en el procedimiento su expresión práctica en forma fría, burocrática, eficiente y deliberada.

El 5 de Marzo de 1940, por medio de un documento firmado por la más alta jerarquía soviética se ordenó la ejecución de los internados en los campos de concentración. Y los mataron a todos. A la mayoría en los bosques de Katyn, a poca distancia de la ciudad de Smolensk, con el procedimiento favorito del NKVD y más tarde de la KGB: un balazo en la nuca. Hoy, hay 21.768 cadáveres identificados de la masacre de Katyn, a los cuales cabría agregar varios miles más ejecutados en otras partes. En la actualidad los especialistas del tema estiman que el total general de las víctimas, supera los 27.000 entre las cuales, irónicamente, hay que contabilizar casi un millar de judíos no comunistas. No en vano, al comienzo de la guerra, el general Edward Smigly-Rydzk, Comandante en Jefe del ejército polaco había dicho: "Con los alemanes arriesgamos perder nuestra libertad. Con los rusos perdemos nuestras almas".




El Pacto Ribbentrop-Molotov tuvo una vida bastante efímera. Stalin, en otro giro de 180 grados, decidió ponerse esta vez del lado de los Aliados y en Junio de 1941, los alemanes avanzaron contra la Unión Soviética. En Katyn, los primeros en descubrir las fosas con miles de cadáveres fueron los propios alemanes. En 1943, anunciaron el descubrimiento de una fosa común con más de 4.000 cadáveres que la Cruz Roja, actuando con permiso del gobierno alemán, identificó como pertenecientes a oficiales polacos registrados como desaparecidos durante la ocupación soviética.

No obstante, durante medio siglo, se quiso ocultar la responsabilidad de los soviéticos echándole la culpa a los alemanes por la masacre. Y en esa operación los soviéticos contaron con el apoyo de ingleses, norteamericanos y la enorme mayor parte de la prensa occidental. El gobierno inglés se hizo casi inmediatamente eco de la argumentación soviética y culpó a los alemanes. Cuando ya en Noviembre de 1941 el teniente coronel polaco Szymanski le informó a sus superiores norteamericanos que algo terrible había sucedido con los polacos deportados, el general Strong le respondió secamente que "no se metiera en política" y cajoneó sus informes. 

Más tarde Roosevelt envió a George Howard Earle a investigar el caso Katyn. Earle lo hizo utilizando contactos búlgaros y rumanos llegando a la conclusión de que el culpable había sido la URSS. No obstante, Roosevelt desechó y suprimió el informe de Earle y cuando Earle le solicitó formalmente permiso para publicar sus resultados, Roosevelt le envió una nota por escrito ordenándole que no lo hiciera. Más aún, en Mayo de 1944 Roosevelt declaró: "Me he convencido completamente de que los culpables son los nazis".

Una "convicción" que sería desmentida por los hechos y por los propios rusos. Durante el Juicio de Núremberg los soviéticos volvieron al ataque con un informe que acusaba a los alemanes de la muerte de 11.000 militares y civiles polacos. El Tribunal aceptó el informe como "prueba auténtica e indiscutible" el 8 de Agosto de 1945. Sin embargo, tuvieron que sobreseer y dejar caer el caso porque hasta en Núremberg, en donde todo fue "indiscutible" , las "auténticas e indiscutibles" pruebas de los soviéticos en relación con Katyn no alcanzaron para condenar a nadie.

Finalmente, en 1989, Gorbachov admitió que había sido el NKVD, por orden de Stalin, el que había realizado las ejecuciones. Durante los años siguientes se descubrieron más fosas comunes, tanto en la zona de Katyn como en un bosque cerca de Kharkov y en Starobielsk. El 13 de Abril de 1990, cincuenta años después de la masacre, Boris Yeltsin oficialmente admitió la responsabilidad de la Unión Soviética en el crimen de Katyn y el 14 de Octubre de 1992, le envió al presidente polaco Lech Walesa los archivos secretos del caso.

Y después vinieron dos décadas durante las cuales de todo esto no se mencionó casi absolutamente nada.

La famosa "memoria" parece no funcionar para hechos como éste. ¿Cuántos de ustedes oyeron hablar de Katyn? ¿Cuántos de ustedes sabían en absoluto acerca de la existencia de Katyn? ¿Cuántos de ustedes sabían lo que realmente sucedió en Katyn? Los polacos lo saben. Lo supieron siempre.

Pero claro. Al Nuevo Orden Mundial no le importa la memoria de los polacos ni de aquello que ellos no consideren como "la verdad".

Como que tampoco le importa la memoria de otras naciones.

¿No me creen? Pongan la palabra "Holodomor" en una búsqueda de Google y después me cuentan.