lunes, 8 de julio de 2019

Batalla de Kiev

Batalla de Kiev  7 de julio al 26 de septiembre de 1941

La Batalla de Kiev fue un enorme cerco de tropas en la capital ucraniana durante la Segunda Guerra Mundial; hoy por hoy es mencionado como la mayor batalla de embolsamiento de la Historia. Comenzó a mediados de agosto y finalizó el 26 de septiembre de 1941, como parte de la Operación Barbarroja. En la historia militar soviética es conocida como "Operación Defensa de Kiev", del 7 de julio al 26 de septiembre de 1941.

Un soldado de la Wehrmacht con una ametralladora MG34 en su hombro, frente oriental, Ucrania, 1941


La batalla
El por entonces general Zhukov advirtió a Stalin que el Ejército Rojo debía abandonar la ciudad para evitar ser rodeado, pero Stalin, que acababa de decir a Winston Churchill que la Unión Soviética nunca dejaría Moscú, Leningrado o Kiev, destituyó del cargo de jefe del estado mayor.

Las fuerzas móviles de Rundstedt que venían de triunfar en la denominada Bolsa de Uman, avanzaron hacia el sur de Kiev. El 1º Grupo Panzer se dirigió al norte desde el frente central tomando al mando soviético por sorpresa, entonces Stalin cambió de opinión en cuanto a abandonar Kiev, pero ya era tarde, los alemanes afirmaron tener 665.000 prisioneros. Hitler la llamó "la batalla más grande de la historia universal".

Conclusión del cerco
Tras la finalización del cerco, los soldados soviéticos lucharon hasta la última gota de sangre, haciendo una feroz resistencia a las tropas alemanas que sufrieron también cuantiosas bajas.

Prácticamente la totalidad del Frente Suroeste del Ejército Rojo fue rodeado por los alemanes, que cifran en 665.000 las tropas capturadas. Sin embargo, la velocidad del ataque encontró a la Luftwaffe lejos de sus bases, lo que permitió a muchos soviéticos escapar del cerco, días después de cerrarse la tenaza alemana. Entre ellos huyeron el Mariscal Semyon Budyonny, el Mariscal Semión Timoshenko y el comisario político Nikita Jrushchov.

El desastre de Kiev, sin embargo, resultó un batacazo para el Ejército Rojo, superior incluso a la tragedia de Minsk en junio del mismo año. El 1 de septiembre el Frente Suroeste contaba con 760.000 hombres (850.000 incluyendo reservas y órganos de retaguardia), 3.923 cañones y morteros, 114 tanques y 167 aviones de combate. En el cerco quedaron 452.700 hombres, 2.642 cañones y morteros y 64 tanques, de los cuales escasamente 15.000 escaparon hacia el 2 de octubre. En conjunto, el Frente Suroeste sufrió 700.544 bajas, incluyendo 616.304 muertos, capturados, o perdidos a lo largo del mes de combates, entre los fallecidos se incluía al Coronel General Mijaíl Kirponos, el Comandante en Jefe. Como resultado, cuatro ejércitos de campo soviéticos, que contaban con 43 divisiones, cesaron virtualmente de existir. Tal y como había ocurrido con el Frente Oeste, hubo de ser creado de nuevo desde la nada.