lunes, 25 de marzo de 2013

Stalin rompe con el judaísmo y éste lo elimina

Stalin rompe con el judaísmo y éste lo elimina

IOSIF VISSARIONOVICH DJUGASCHVILI :  " STALIN ".

El tercer grande de Yalta. O el primero, para ser exactos. El verdadero vencedor político de
la guerra. El albacea testamentario de Lenin. El exegeta de Marx. Stalin, el Padre de los Pueblos
y el Protector de los Oprimidos, como lo llamaba Ilya Ehrenburg.
Si Roosevelt se suicidó o fue "suicidado"; sí Churchill murió hecho un vegetal, y
políticamente asesinado por Times pese a una tardía e inútil resurrección en 1951, Stalin era el
superviviente. De hecho, el gran vencedor. El mismo se veía inmortal, y poseedor de una salud
de hierro. Y no obstante, también sería políticamente, y tal vez físicamente, asesinado.
Si, hoy en día, pese a los esfuerzos de la propaganda izquierdista, en sentido contrario,
parece casi un tópico hablar de los crímenes del Comunismo y, especialmente, de los cometidos
en la época de Stalin, no por ello el tópico pierde un ápice de su veracidad. Y no obstante, para
los grandes medios informativos internacionales dio la sensación de que en 1952 Stalin
comenzaba a cometer desmanes.

En efecto, en el primer semestre de 1952 el mundo occidental comenzó a ser
esporádicamente informado acerca de actos "antisemitas" tras el Telón de Acero. Esto
sorprendió incluso a los menos enterados. El régimen soviético siempre había tenido, en todos sus
puestos claves, una gran mayoría de judíos. En esto, la unanimidad entre los autores es total.
Pero los rumores continuaban y, de pronto, saltó la noticia casi increíble: el régimen comunista
de Klement Gottwald anundó, en Checoeslovaquia, una vasta conjura contra el régimen: de los
catorce altos cargos implicados en la conjura, once eran judíos. Ocho de ellos fueron ejecutados,
con la evidente aprobación de Stalin. Los rumores sobre el antisemitismo en la URSS y satélites
fueron haciéndose mas insistentes. En realidad, no se trataba de tal antisemitismo. Por lo
menos, no todavía. Al fin y al cabo, los conjurados de Praga eran judíos en su mayoría, es cierto,
pero también lo era Gottwald, la víctima supuesta de la conjura. También eran judíos más de la
mitad de los miembros del Politburó soviético, verdadero órgano del Poder en la URSS. Se
trataba de una lucha por el Poder: y como en los aledaños del Poder y en el Poder
propiamente dicho, tanto en la URSS como en los países satélites, los judíos abundanban, es lógico
que se encuentren tanto en el campo de los conjurados como en el de los eventuales
detentadores del mando. Slansky alias : Salzrnann, el hebreo comunista que encabezaba la conjura
contra Gottwald, era tan hebreo y tan comunista como éste; tal vez aquél fuera trotzkysta y no,
evidentemente, éste último, criatura de Stalin, enemigo y victimario de Trotzky.
El caso fue, con todo, que Stalin, súbitamente, pareció romper con el Judaísmo, según
algunas autores, o simplemente quiso gobernar sólo, sin la tutela del Politburó, según otros.
Esta segunda versión nos parece la más plausible.

Al fin y al cabo, el hombre de más confianza, el hombre de quien siempre se fió Stalin,
Lazar Menkhilis, jefe de sus servidos personales de seguridad, era un judío. Los poderes fácticos
no pueden tolerar a dictadores, ni siquiera de su propia cuerda. Necesitan un gobierno anónimo,
colegiado, con hombres de paja obedientes, por omnipotentes que pudieran parecer a los ojos de
las masas ignaras. El 13 de Enero de 1953, la Agencia Tass anunciaba oficialmente el
descubrimiento de una vasta conjura contra Stalin y sus principales ministros, más adictos a él,
en la Dirección Sanitaria del Kremlin. Según el comunicado de TASS, esos médicos formaban
parte de la organización secreta Joint Comiittee, la cual operaba bajo el disfraz de una entidad
humanitaria, fundada en 1914 por un grupo de Judíos. El Joint dependía de la Jewish Agency
(Agencia Judía) la más antigua de las organizaciones sionistas en todo el mundo. Era señalar
con el dedo. Siete médicos judíos, con el siniestro Doctor Levin (1) a la cabeza, fueron
ejecutados y empezaron a aparecer los clásicos signos anunciadores de una "purga", algo tan
corriente en la URSS. Entonces, en Occidente, los sionistas y sus amigos se alarmaron, y se
mandó a la O.N.U. un pliego conteniendo las firmas de la flor y nata del Progresismo Mundial,
pidiendo se adoptaran medidas drásticas "para impedir una verdadera catástrofe, que sería
consecuencia de la campaña antisemita rusa". La Señora Roosevelt, siempre tan amiga de los
soviéticos, era la primera firmante. He aquí que, después de causar la muerte de millones y
millones de personas en todo el mundo, Stalin se atrevía a nombrar al Joint y ordenaba matar a
unos cuantos médicos hebreos. ¡ Stalin estaba empezando "a cometer crímenes contra la
Humanidad" !.

Pasó un mes y medio. Stalin hizo publicar en Tass dos comunicados afirmando que se iba a
reducir el poder del Politburó y aumentar el de los funcionarios de alto nivel (nombrados
directamente por él). Y, el. 5 de Marzo, se facilitaba la sorprendente noticia de que Stalin había
muerto, a consecuencia de una hemorragia cerebral.

Pero luego resultó que el comunicado era falso, como casi todo lo que emanaba de Moscú.
Stalin no había muerto el 5 de Marzo, sino el 2 de Marzo. Un agente soviético, Kapanadze,
georgiano, que logró escapar de la matanza de los leales de Stalin y huyó a Occidente, refirió
parte de los sucedido. El 28 de Febrero, Stalin, en perfecto estado de salud -se había hecho un
chequeo tres días antes- fue al Kremlin para presidir un Consejo de Ministros. Encontró a toda
sus compañeros hoscos y agresivos. Vorochilov lo increpó sobre el proceso a los doctores judíos
y le dijo: "Has deshonrado al Partido de Lenin". Stalin le insultó groseramente y pretendió
llamar por teléfono a su ayudante, Alexander Proskrebiev, por cierto un judío, pero la línea
telefónica había sido cortada. Llamó a gritos a Menkhlis, pero le anunciaron que ya estaba en la
Lubianka. Malenkov le dijo: "El Kremlin ha sido tomado". Y así, inverosímilmente, con la
rapidez con que se desploman, a veces, las grandezas humanas, Stalin se dió cuenta de que era
un cautivo. Luego fue encerrado y los médicos del Kremlin, sucesores de los recientemente
ejecutados, lo ejecutaron módicamente a él. Esta es la versión de Kapanadze. En cambio, Ivan
Krylov (2) asegura que fue el propio Vorochilov quien le disparó un tiro en la nuca. Tanto
Kapanadze como Krylov coinciden en una cosa: la fecha de la muerte de Stalin, que fue el 2 de
Marzo de 1953 y no el 5 de Marzo, como afirmó el comunicado oficial.

El cadáver de Stalin fue inhumado el 7 de Marzo. Una semana después la radio de Praga
(recordemos que fue precisamente en esa dudad donde se descubrió una conjura sionista, o
trotzkysta, o como se prefiera llamar) anunció la súbita muerte de Klement Gottwald, el
stalinista que acababa de regresar perfectamente sano de Moscú, precisamente para asistir a los
funerales de Stalin.
Gottwald también murió de un ataque al corazón, como Togliatti, como José Díaz, y tantos
otros comunistas. Y es que. ... ¡ son tan sensibles, los simpáticos camaradas del Partido !.

1 / El perfeccionador de la técnica del lavado de cerebro (N. del A.).2
2 / Ivan Krylov: "My Career in the Soviet Central Staff".



Stalin el imperio del mal :