Diario de Ana Frank : Falsificación Literaria.
El Diario de Ana Frank es el diario que supuestamente fue escrito por la niña Ana Frank (Annelies Marie "Anne" Frank) entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944, pero que fue amañado por su padre Otto Frank en un intento de falsificación de la historia.
El Diario de Ana Frank
Falsificación literaria
El denominado Diario de Ana Frank es considerado por muchos historiadores como una falsificación literaria que gira en torno del mito del Holocausto. El contraste de la imagen inocente e infantil de la protagonista, frente a sus intrínsecamente perversos captores, ha convertido a esta obra no sólo en un best-seller mundial (con innumerables ediciones, traducciones, teatralizaciones y adaptaciones cinematográficas) , sino además en otro muro de los lamentos, donde toda refutación sobre la veracidad del "Holocausto" es respondida con una bien estudiada campaña de histeria y sensiblería.
El historiador británico de renombre mundial, David Irving, el ex profesor de la Universidad de Lyon (Francia) , Robert Faurisson, y el estudioso austríaco nacionalizado sueco, Ditlieb Felderer, han demostrado públicamente hasta el cansancio la falsedad de los pretendidos manuscritos que se atribuyen a una niña judía llamada Ana Frank, fallecida por una epidemia de tifus en 1944 en el campo de Bergen Belsen.
Según se dice, el comerciante judío Otto Frank de la ciudad de Frankfurt (Alemania), huyó junto a su familia en 1933 a la ciudad holandesa de Amsterdam, debido a la llegada de Hitler al poder. Cuando durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes ocupan Holanda, los Frank deciden refugiarse en un escondite para salvarse de la "persecución nazi". En 1944, toda la familia es arrestada y deportada por la Gestapo, siendo el único "sobreviviente" Otto Frank, quien fue enviado a Auschwitz, donde en vez de ser "gaseado" y "cremado" , es hospitalizado a causa de una enfermedad. Terminada la guerra, Frank retorna a Amsterdam donde le entregan los originales del Diario y publica su primer edición holandesa en 1947.
A lo largo del presente artículo, pondremos a consideración del lector los principales argumentos y dudas que existen acerca de la autenticidad y veracidad de lo contenido en dicho Diario. Es importante señalar que el mismo siempre ha sido empleado como el más eficaz golpe bajo de la propaganda sionista contra el Nacionalsocialismo alemán. De ahí su valor como herramienta política y la necesidad de difundirlo y protegerlo legalmente, promoviendo juicios políticos contra cualquiera que se atreva a ponerlo en duda, donde no se garantizan derechos básicos de los acusados, para luego utilizar las sentencias como "prueba" de autenticidad del Diario.
Pruebas y Fundamentos
Artículo del New York Post del 9 de octubre de 1980 que titula "Ana Frank no habría podido escribir aquel famoso diario".
En un artículo del investigador Enrique Aynat Eknes, publicado en la revista española Revisión, encontramos los principales argumentos que aquí citaremos. Destaquemos que este trabajo de Eknes tiene como base el excelente libro de Ditlieb Felderer titulado "Anne Frank's Diary, a Hoax" ( "El Diario de Ana Frank, una mentira" ) . Nos detendremos en primer lugar en análisis externos del manuscrito, para luego introducirnos en el texto propiamente dicho.
Ante todo, se debe saber que el estudio que un historiador hace de un documento, como puede ser un diario personal, se realiza con mucho detenimiento, con una pormenorizada descripción de sus características externas tales como tamaño, tipo de papel, cantidad de hojas, cantidad de páginas escritas, espacios en blanco, elemento de escritura, encuadernación y múltiples detalles más. Todo ello permite verificar -entre otras cosas- , si realmente fue redactado en el tiempo y lugar que se le atribuyen, y no caer ingenuamente en un fraude. Este minucioso trabajo, verdaderamente científico, es lo que nadie, hasta la llegada de los revisionistas, había efectuado con los documentos vinculados a los hechos de la Segunda Guerra Mundial.
Respecto del llamado Diario de Ana Frank es necesario saber que:
1. Con significativa obstinación, Otto Frank (fallecido en 1980) , siempre se negó a que el manuscrito fuera sometido a un análisis exhaustivo a los efectos de verificar su autenticidad.
2. En 1980, a consecuencia de un juicio contra Ernst Roemer -un jubilado de setenta y seis años que se atrevió a negar la autenticidad del Diario- , la Caja Alemana de Defensa Legal logró a pedido del Dr. Rieger que el Departamento Criminal Federal ( Bundes Kriminal Amt o BKA , por su sigla en alemán ) sometiera a análisis los textos y constató que parte de los mismos habían sido escritos con bolígrafo, invento introducido en 1951, es decir, cuanto menos siete años después de la muerte de Ana Frank. Esto fue justificado por parte de los defensores de la autenticidad del diario, bajo el argumento de que se trata solo de unas notas agregadas por un investigador, las cuales no afectan para nada al desarrollo de la historia. No obstante, el BKA determinó que porciones "importantes" o "significativas" del Diario, sobretodo en el cuarto volumen, fueron escritas con bolígrafo y concluye que esas secciones deben haber sido agregadas posteriormente [1] .
3. Sin embargo, ya veinte años antes, en 1960, la perito experta en caligrafía Minna Becker había dictaminado judicialmente que todos los textos manuscritos del Diario provenían de una sola caligrafía. Por lo tanto, quien hizo el manuscrito puso los agregados con bolígrafo... lo que en términos claros significa que ANA FRANK NO FUE LA AUTORA DEL DIARIO.
"La grafía del diario es idéntica en sus tres volúmenes, incluyendo todas las notas y adiciones pegadas sobre los pasajes, así como los 338 pasajes de material suelto, incluyendo correcciones e inserciones" [2]
Minna Becker
La noticia fue ampliamente difundida por los medios[3] , provocando manifestaciones en Alemania, ante lo cual el BKA emitió una declaración deslindando toda responsabilidad y solicitando que sus hallazgos no fueran utilizados para demostrar el fraude de Diario, pero sin retractarse en absoluto de su dictamen.
4. Para dilapidar este tema sólo ha hecho falta acceder a las cartas auténticas que Ana Frank escribió a unas amigas, publicadas en los Estados Unidos. La letra de estas cartas sí tiene el aspecto normal de una niña de 10 ó 12 años, lo que no es el caso del "manuscrito original" , que nos revelan a un autor de mayor edad. Las cartas fueron adquiridas por el Centro Simon Wiesenthal y, según la veraz opinión del historiador David Irving, sí son auténticas, no así el diario.
Joaquín Bochaca confirma asimismo que la escritura que se afirma es la de Ana Frank, reproducida en el libro "Spur eines Kindes" , de Ernst Schnabel, difiere totalmente de la escritura de Ana Frank en el manuscrito original.
El Profesor Robert Faurisson, de la Universidad de Lyon, cuya especialidad es la crítica de textos y documentos, y que mantuvo varias conversaciones personales con el padre de Ana Frank, insiste en este tema señalando dos ejemplos de la letra manuscrita atribuida a Ana Frank, ambos escritos cuando esta contaba aproximadamente 13 años, pero extrañamente la primera (datada el 12 de Junio de 1942) parece mucho más madura y similar a la de un adulto que la supuestamente escrita sólo cuatro meses más tarde.
5. Un folleto de la "Fundación Ana Frank de Amsterdam" , afirma que los amigos holandeses de la familia hallaron un cuaderno de ejercicios con tapas de cartón y de pequeño tamaño. El diario sueco Expressen del 10 de octubre de 1976, publica una fotografía de Otto Frank sosteniendo un volumen considerable que en nada se parece al cuaderno mencionado.
Con relación al texto en sí mismo, éste es un mar de contradicciones. El historiador Ditlieb Felderer hace unas atentas observaciones que permiten puntualizar:
6. Resulta poco creíble que en un estrecho refugio, en el que permanecieron durante casi dos años, ninguna de las ocho personas que se encontraban en él supieran que Ana Frank redactaba un diario durante ese lapso (junio 1942 - agosto 1944) . Así lo afirma en su prólogo George Stevens, quien sostiene no sólo que el diario era pequeño, sino también "que del pequeño diario sólo Anne tenía conocimiento" . El padre dice que se entera después de retornar de Auschwitz. En este punto nos encontramos frecuentemente con que los defensores del Diario afirman que basta con leerlo para comprender que este no era un secreto para las personas que convivieron con la niña. El problema con ese argumento es que asume como verdadero todo lo relatado en el Diario e intenta usarlo como prueba de que este es verdadero, lo cual es absurdo desde el punto de vista lógico, al suponer verdadero lo que se quiere demostrar. De acuerdo con las declaraciones y fuentes externas al Diario, nadie supo nada acerca de este durante su redacción.
7. La necesidad de silencio en el refugio, para no llamar la atención y evitar ser capturados (23/3/43) , se contrasta con las descripciones de las "riñas terroríficas" (2/9/42) , "peleas escandalosas" , "gritos y alaridos, golpes e insultos que habría ni que imaginarlos" (29/10/43) , así como las prácticas de danza de Ana cada noche (12/1/44) .
8. Es curioso, según el Diario, que los Frank para escapar a la persecución hayan elegido las mismas oficinas y el mismo almacén de Otto Frank para esconderse (9/7/42) .
9. También es contradictorio cuando dice que Lewin, "un pequeño judío químico y farmacéutico, trabaja para el Sr. Kraler en la cocina" (1/10/42 ) . ¿Cómo? , ¿Un judío trabajando pacíficamente cuando se pretende que los judíos sufren una brutal persecución por parte de las autoridades? ...
10. Son reveladoras, nos dice E. Aynat, las tendencias sexuales de esta niña de ¡trece años! :
"Recuerdo que cuando he dormido con una amiga, he sentido el fuerte deseo de besarla ... No he podido dejar de ser terriblemente inquisitiva sobre su cuerpo ... Le pregunté, si como prueba de nuestra amistad, podíamos acariciarnos mutuamente los senos, pero rehusó. Llego al éxtasis cada vez que veo la figura desnuda de una mujer, como una Venus, por ejemplo. Me afecta de tal modo que me es difícil impedir que me caigan las lágrimas. ¡Si por lo menos tuviera una amiga! " (5/1/44)
En fin, ¿un poco de pornografía para una mejor venta? ... ¿Es éste el lenguaje y las inquietudes de una niña de trece años? ... ¿Es ésta una niña sana? ... ¿Esas son las inquietudes de una niña que teme por su vida y la de su familia?
11. Según una entrevista a Otto Frank en 1956, las persianas siempre estuvieron bajas y las ventanas nunca se abrieron, pero Ana afirma que mirar el cielo "es mejor que las píldoras Valeriana y el bromo" (15/6/44) contra la ansiedad y la depresión.
12. Finalmente, queda en evidencia el objetivo de este Diario : su germanofobia manifiesta : "Serán permitidas todas las lenguas civilizadas, excepto el alemán" (17/11/42) . "Los alemanes son las bestias más crueles que han pisado la faz de la tierra" (19/11/42) .
Esto no ha impedido que las autoridades "alemanas" de posguerra hayan introducido el Diario como libro de lectura obligatoria en las escuelas, para auto denigración de las nuevas generaciones.
El Instituto de Revisionismo Histórico de los Estados Unidos (IHR) , ofreció nuevamente US$ 25.000. - de recompensa a quien pruebe que el Diario de Ana Frank fue escrito por ella. Ni la propia fundación constituida sobre este fraude literario se animó a reclamar tan generosa oferta.
Una carta incluida en el Diario de Ana Frank, que no se corresponde con el estilo de escritura de una niña al igual que el resto del Diario.
Carta de Ana Frank a unas amigas, con fecha posterior a la primera y proporcionada por el Centro Simón Wiesenthal.
Juicio esclarecedor
Una triste historia, en verdad. Un señor se hace millonario gracias a una lacrimógena historia, que dice haber escrito su hija muerta. Luego para pagar al auténtico autor de la historia tiene que ser llevado a los tribunales. Y por favor, que no se diga que todo esto es una maquinación antisemita. Si el demandado, y condenado a pagar, Otto Frank, era judío, también lo era el demandante, el autor Meyer Levin, así como el Juez, Samuel L. Coleman. [4] .
El juicio transcurrió entre 1956 y 1958 ante el County Court House de la ciudad de Nueva York, obteniendo el demandante Meyer Levin un fallo a su favor que condenaba a Otto Frank a abonarle una indemnización de 50.000 dólares de la época por "Fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas" .
El pleito, que se arregló privadamente después de la sentencia por obvio mutuo interés, versaba tanto sobre la "dramatización escenográfica" como sobre la venta del "Diario" en si. Por tanto, es falso afirmar que Levin solo colaboró en llevar al cine el Diario de Ana Frank [5] .
El juez, así mismo judío, era Samuel L. Coleman, quien dictó sentencia en el sentido de que Otto Frank debía pagar a Meyer Levin "por su trabajo en el diario de Anne Frank" [6 ].
En concreto, el delito de "fraude" que aparece en la sentencia contra Otto Frank se origina por "implantar" dentro del diario, los diálogos tal cual fueron proporcionados por el escritor Levin, como si fueran obra de su difunta hija Ana Frank [5] .
Para cualquier interesado, todo lo referente al caso Levin-Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. Country Clerk’s Office) con el número 2241-1956 y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181 (26) . Así pues, la sentencia del juez (y juez judío) en el sentido de que el autor del Diario es Meyer Levin y no la niña Ana Frank, existe.
Richard Harwood
Desearíamos cerrar esta nota -que solamente ha ilustrado los principales detalles de esta gigantesca mentira publicitaria- con las certeras palabras del revisionista británico Richard Harwood, quien a propósito del Diario dijo lo siguiente:
" Es justo reconocer que las consideraciones que exponemos son hasta cierto punto ociosas. En efecto, no importa demasiado que el Diario sea falso o verdadero. Los eventuales sufrimientos de una niña judía de doce años no son más significativos por el hecho de que haya escrito un diario, que los sufrimientos tanto o más terribles de otros niños judíos; o que las desgracias de los infinitamente más numerosos niños alemanes, italianos, japoneses, polacos o de otras nacionalidades que han sufrido horriblemente, despedazados o quemados vivos, mutilados o inválidos por toda la vida a causa de los bombardeos aliados a ciudades abiertas; abandonados en medio del caos por la muerte o desaparición de sus padres; violados o corrompidos por la barbarie de las tropas enemigas.
¿Pero quién se acuerda de estos horrores? . ¿Quién llora por el niño alemán que corre aullando envuelto por el fuego inextinguible del fósforo líquido? . ¿Quién por la niña alemana violada hasta la muerte por una sucesión de bestias? . ¿O por los niños japoneses de Hiroshima y Nagasaki? "
" Porque de todos estos innumerables casos horrendos nadie habla. No hay best-sellers, no hay dramatizaciones, no hay 40 ediciones, no hay cine, ni teatro, ni radio ni televisión. La falsedad del mito de Ana Frank va mucho más allá, es muchísimo más profundo que la eventual falsificación del texto. Reside en la unilateralidad y en la recurrencia infinita del tema. Una especie de Bolero de Ravel de la propaganda, una perfecta aplicación política del viejo tema de la niña inocente atrapada por la maldad, pero que triunfa aún después de la muerte : Blancanieves perseguida por la madrasta perversa, la débil doncella prisionera en el torreón medieval o la inocente heroína que en los filmes del Far West el Cow-Boy bueno salva en la cabalgata final. Y así, el mito de Ana Frank, por la fuerza de su impacto sobre la sensibilidad colectiva, se convierte no sólo en símbolo de la inocente nación perseguida, sino más aún y contra todas las reglas de la lógica, en prueba indiscutible de la maldad intrínseca, irredimible, de los perseguidores... "
Richard Harwood
Referencias
1 Brian Harring: The Anne Frank Diary Fraud
2 El Engaño de Ana Frank al Descubierto
3 New York Post, 9 de octubre de 1980
4 New York Supplement, II Serie 170, y en 5, II Serie 181
5 Extractos de las obras y citas de Ditlieb Felderer, Richard Harwood y Max Weber (en inglés)
6 Bochaca, J .: El mito de Anne Frank. Revista Cedade. Págs. 18 a 20
Fuentes
Libertad de opinión, Año II - Nro. 10, Julio 1998, Buenos Aires.
Varela, Pedro : "El fraude del Diario de Ana Frank"
New York Post. 9 de octubre de 1980.